Al norte de Nuevo León y Tamaulipas se ubica la región de la Cuenca de Burgos, un enorme reservorio de shale oil y shale gas que se extiende a la costa hasta aguas profundas del Golfo de México, en el llamado Cinturón Plegado Perdido. Es decir, prácticamente una continuación de las Cuencas de Eagle Ford y Permian, en el suroeste de Texas, que es la que permitió que Estados Unidos pasará de importador a exportador de gas natural.
El 70% del gas que se consume en México es importado de Texas, a pesar de que más del 60% de las reservas de gas en México corresponden a recursos no convencionales y se concentran en las regiones de Sabinas-Burro-Picacho y Burgos con 85% de las reservas de gas no convencionales, de acuerdo a la información de CNH.
Visto así, el desarrollo de la cuenca de Burgos es indispensable para garantizar la soberanía energética de México al aumentar la producción nacional de gas, reducir la dependencia de las importaciones de combustibles, mejorando su seguridad energética y reduciendo su vulnerabilidad a los cambios en los precios de los energéticos.
Por eso Pemex con el PAN desarrolló proyectos como el Centro Procesador de Gas Burgos, entre 2004 y 2009 para procesar mil 200 millones de pies cúbicos diarios. Toda esta infraestructura actualmente se encuentra subutilizada, operando a 25% de su capacidad. El desarrollo de los recursos no convencionales significaría un importante desarrollo económico en la región. Un estudio de la Universidad de Texas en 2012, estimó que el desarrollo de la Cuenca de Eagle Ford generó 116 mil empleos formales, 15% de los creados en México durante todo 2022.
El desarrollo de la Cuenca de Burgos representa una oportunidad única para Tamaulipas y para México en varios aspectos, incluyendo el desarrollo económico de la región, generar empleos, creación de infraestructura y fortalecer la soberanía energética. Una de las resistencias a la explotación de estos recursos es el uso de la tecnología de estimulación hidráulica, mejor conocido como fracking, que se requiere. Sin embargo, las nuevas tecnologías utilizan aguas residuales y tratadas, sin impactar la disponibilidad de agua potable en la región, como demuestra la experiencia en Estados Unidos.
Buzos:
1.- No se pueden ver ni en pintura, pero el presidente los va a tener juntos dos veces esta semana, hablamos de Rocío Nahle, secretaría de Energía; y Octavio Romero, director de Pemex. Ellos estarán el jueves en la mañanera para hablar de Pemex y lo que han hecho en estos cinco años y luego a las 17:00 horas en la conmemoración oficial del Aniversario de la Expropiación Petrolera. Recuerden, ellos solo se soportan una vez al año, ya dos veces en un día parece avaricia.
2.-Si la refinería Deer Park es la joya de la corona para Pemex es porque en el primer año obtuvo excelentes resultados financieros que no se reportaban desde 2007 y es la primera vez que cierra un ejercicio sin deuda. Sus ganancias ascendieron a 956 millones de dólares que se usaron para pagar la operación y obtener una ganancia adicional de 360 millones, además de que aumentó de manera muy importante su capacidad de proceso. Deer Park será un buen negocio, pero no aportará al objetivo de la soberanía que tanto se busca. Por cierto, el incendio de ayer fue controlado rápidamente y, dicen, están de regreso en el mercado.
3.-Sin tener un sólo pozo petrolero o refinería, Trafigura tuvo utilidades por 3.4 mil millones de dólares en el primer trimestre del año.