/ martes 3 de septiembre de 2024

Al Carajo

La Real Academia Española define “al carajo” como una expresión para expresar un fuerte rechazo hacia algo o alguien. Andrés Manuel López Obrador usó esta expresión el primero de septiembre pasado (antes de ayer), al final del mensaje de su último informe de administración (6º Informe de Gobierno). Así se expresó:

“No faltó razón, incluso diríamos que fue una expresión moderada en proporción al daño que el grupo de conservadores de centro-derecha y una de acomodaticios que simularon durante algún tiempo ser de izquierda (los neoliberales PRIAN-PRD) han hecho a la nación. El daño es incuantificable: pobreza, desempleo, inseguridad, intranquilidad, humillaciones, entre otras peripecias discriminatorias padecidas por millones de mexicanos en seis administraciones públicas del régimen neoliberal (1982-2018).”

Así lo dijo AMLO: “Hemos exaltado la grandeza cultural de México… ha quedado de manifiesto la imperiosa necesidad de separar el poder económico del poder político y que el gobierno represente a todos: a ricos y a pobres, a la gente del campo y de la ciudad, a creyentes y no creyentes. Necesitamos, eso no hay que olvidarlo, necesitamos continuar con esa política de una ‘auténtica democracia’, no una simulación, no una oligarquía con fachada de democracia; democracia verdadera… poder del pueblo, ¡queremos Kratos con demos! La democracia se compone de dos partes: demos es pueblo y Kratos es poder. La democracia es el poder del pueblo. Lo que quieren los oligarcas es Kratos sin demos, es poder sin pueblo, ¡al carajo con eso!”

El grupo de conservadores y/o grupo de oligarcas, como lo ha repetido en múltiples ocasiones AMLO y demás seguidores de la Cuarta Transformación, no asimilan la llegada de la revolución de las conciencias del pueblo de México expresadas en las urnas en 2018 y ratificadas con mayor fuerza el pasado dos de junio. Una gran mayoría de ciudadanos dieron el respaldo y ratificamos contundentemente por la continuación del proceso de consolidación de la Cuarta Transformación mediante el Plan C que encabeza la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, para el periodo 2024-2030.

El Plan C -por el bien de la nación- debe continuar su curso. Existen condiciones suficientes, sobre todo el respaldo del pueblo, que se ha manifestado para obtener mayoría calificada en el Congreso de la Unión y la mayoría de la aprobación en los congresos locales.

En cuanto al sustento constitucional, desde el establecimiento del constituyente de 1917, se reconoció e institucionalizó la facultad de reformar la Constitución por el pueblo y para el pueblo. La soberanía nacional reside en el pueblo, así se determinó desde entonces (1917), y se facultó al ‘constituyente derivado’ o como coloquialmente se le conoce, ‘poder u órgano revisor’ especificado en el artículo 135 de la CPEUM. En ese orden de planteamientos, dicho poder podrá modificar o alterar en todo momento la forma de gobierno.

El constituyente derivado dejó claro el sentido y espíritu de los preceptos en comentario; el primero, artículo por excelencia, conocido también como la premisa mayor de la Constitución, con esencia facultativa de alterar o modificar mediante el proceso de reforma por el constituyente derivado o revisor.

Reconocer entre propios y extraños que el presidente AMLO cerró con un mensaje positivo de fraternidad franco y sincero: “…se hizo mucho entre todos y desde abajo, es indudable que avanzamos en la revolución de las conciencias y se sentaron las bases para consolidar la nueva política denominada humanismo mexicano, que en esencia es reconocer y atender a los de abajo, quienes permanecían olvidados y humillados. Dejamos de manifiesto que el poder solo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás, pero aun con lo mucho que se ha logrado, todavía es notorio el atraso que padecemos por el largo y tormentoso periodo en que el gobierno estuvo en manos de oligarcas insensibles, que nunca se preocuparon por el bienestar del pueblo y solo se dedicaron a saquear e impedir el progreso con justicia de quienes nacimos y vivimos en este paraíso llamado México. Por lo mismo, es indispensable seguir luchando para fortalecer lo alcanzado y continuar construyendo una patria nueva, generosa, eterna.”

El mensaje más relevante del que me niego a aceptar existan personas que no comulguen con el contenido humanista con el que se comparte es: “Tengamos presente que la vida es demasiado corta para desperdiciarla en cosas que no valen la pena y no olvidemos, nunca, jamás, que la felicidad no reside en el dinero, en las posesiones materiales, en los títulos, ni en la fama, ni en la búsqueda del poder por el poder; la felicidad es estar bien con uno mismo, con nuestra conciencia y con el prójimo.”

Por último,
¡GRACIAS!

Eulogio Monreal Ávila
X: @monreal_eulogio

La Real Academia Española define “al carajo” como una expresión para expresar un fuerte rechazo hacia algo o alguien. Andrés Manuel López Obrador usó esta expresión el primero de septiembre pasado (antes de ayer), al final del mensaje de su último informe de administración (6º Informe de Gobierno). Así se expresó:

“No faltó razón, incluso diríamos que fue una expresión moderada en proporción al daño que el grupo de conservadores de centro-derecha y una de acomodaticios que simularon durante algún tiempo ser de izquierda (los neoliberales PRIAN-PRD) han hecho a la nación. El daño es incuantificable: pobreza, desempleo, inseguridad, intranquilidad, humillaciones, entre otras peripecias discriminatorias padecidas por millones de mexicanos en seis administraciones públicas del régimen neoliberal (1982-2018).”

Así lo dijo AMLO: “Hemos exaltado la grandeza cultural de México… ha quedado de manifiesto la imperiosa necesidad de separar el poder económico del poder político y que el gobierno represente a todos: a ricos y a pobres, a la gente del campo y de la ciudad, a creyentes y no creyentes. Necesitamos, eso no hay que olvidarlo, necesitamos continuar con esa política de una ‘auténtica democracia’, no una simulación, no una oligarquía con fachada de democracia; democracia verdadera… poder del pueblo, ¡queremos Kratos con demos! La democracia se compone de dos partes: demos es pueblo y Kratos es poder. La democracia es el poder del pueblo. Lo que quieren los oligarcas es Kratos sin demos, es poder sin pueblo, ¡al carajo con eso!”

El grupo de conservadores y/o grupo de oligarcas, como lo ha repetido en múltiples ocasiones AMLO y demás seguidores de la Cuarta Transformación, no asimilan la llegada de la revolución de las conciencias del pueblo de México expresadas en las urnas en 2018 y ratificadas con mayor fuerza el pasado dos de junio. Una gran mayoría de ciudadanos dieron el respaldo y ratificamos contundentemente por la continuación del proceso de consolidación de la Cuarta Transformación mediante el Plan C que encabeza la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, para el periodo 2024-2030.

El Plan C -por el bien de la nación- debe continuar su curso. Existen condiciones suficientes, sobre todo el respaldo del pueblo, que se ha manifestado para obtener mayoría calificada en el Congreso de la Unión y la mayoría de la aprobación en los congresos locales.

En cuanto al sustento constitucional, desde el establecimiento del constituyente de 1917, se reconoció e institucionalizó la facultad de reformar la Constitución por el pueblo y para el pueblo. La soberanía nacional reside en el pueblo, así se determinó desde entonces (1917), y se facultó al ‘constituyente derivado’ o como coloquialmente se le conoce, ‘poder u órgano revisor’ especificado en el artículo 135 de la CPEUM. En ese orden de planteamientos, dicho poder podrá modificar o alterar en todo momento la forma de gobierno.

El constituyente derivado dejó claro el sentido y espíritu de los preceptos en comentario; el primero, artículo por excelencia, conocido también como la premisa mayor de la Constitución, con esencia facultativa de alterar o modificar mediante el proceso de reforma por el constituyente derivado o revisor.

Reconocer entre propios y extraños que el presidente AMLO cerró con un mensaje positivo de fraternidad franco y sincero: “…se hizo mucho entre todos y desde abajo, es indudable que avanzamos en la revolución de las conciencias y se sentaron las bases para consolidar la nueva política denominada humanismo mexicano, que en esencia es reconocer y atender a los de abajo, quienes permanecían olvidados y humillados. Dejamos de manifiesto que el poder solo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás, pero aun con lo mucho que se ha logrado, todavía es notorio el atraso que padecemos por el largo y tormentoso periodo en que el gobierno estuvo en manos de oligarcas insensibles, que nunca se preocuparon por el bienestar del pueblo y solo se dedicaron a saquear e impedir el progreso con justicia de quienes nacimos y vivimos en este paraíso llamado México. Por lo mismo, es indispensable seguir luchando para fortalecer lo alcanzado y continuar construyendo una patria nueva, generosa, eterna.”

El mensaje más relevante del que me niego a aceptar existan personas que no comulguen con el contenido humanista con el que se comparte es: “Tengamos presente que la vida es demasiado corta para desperdiciarla en cosas que no valen la pena y no olvidemos, nunca, jamás, que la felicidad no reside en el dinero, en las posesiones materiales, en los títulos, ni en la fama, ni en la búsqueda del poder por el poder; la felicidad es estar bien con uno mismo, con nuestra conciencia y con el prójimo.”

Por último,
¡GRACIAS!

Eulogio Monreal Ávila
X: @monreal_eulogio