Decíamos en el capítulo pasado que cuando el gobernador Felipe González González llegó al poder designó a los periodistas Rogelio Flores Reveles y José Luis Bonilla Barrón como director general y subdirector de información de la nueva administración estatal.
Rogelio, en ese entonces, prestaba sus servicios como reportero de información general de El Heraldo de Aguascalientes y José Luis como reportero del diario Hidrocálido. Ambos renunciaron a sus medios para cumplir con su encomienda. Si bien, concluido el sexenio, José Luis pudo regresar al periódico de sus amores.
En términos generales, Flores Reveles realizó un buen papel al frente de Comunicación Social de Gobierno del Estado, pese a los limitados recursos presupuestales. Tanto Rogelio como José Luis trabajaron con ahínco y mucho humanismo hacia sus colegas, porque los dos provenían de las mismas filas.
Desempeñaron buen papel, pero extrañamente Rogelio terminó su labor y desapareció del mapa, pues por principio de cuenta no quiso regresar al periodismo, la verdad desconocemos por qué.
Por terceras personas supimos que se dedica a tareas privadas. Primero dijeron que estaba como representante de un grupo musical formado por uno de sus hijos. Luego, que había instalado un negocio de papelería o de videojuegos por el rumbo de Jesús María. Pero nadie, al menos gente cercana al medio periodístico, lo pudo comprobar.
Realmente se perdió el contacto con el buen Rogelio, quien al parecer no quiere saber más del periodismo. Y nos extraña, pues él siempre se sintió orgulloso de serlo y de ser un auténtico soldado de la información.
Esperamos sinceramente que esté bien y contento, dondequiera que esté.
Llegó la hora de recordar con sentida emoción a un excelente amigo y buen reportero policiaco, Ricardo Gámez Ponce, quien falleció a causa del temible Covid-19 hace aproximadamente tres años.
A Ricardo lo conocí primero como reportero de una modesta revista de nota roja, donde colaboraba de manera destacada. Siempre se destacó por su voluntad y deseos de informar con oportunidad.
Al cubrir las instituciones de emergencia, Ricardo se contagió del espíritu de servicio de los socorristas voluntarios de Cruz Roja Mexicana en Aguascalientes, que, por aquellos años, funcionaba en la segunda cuadra de la calle Francisco Primo de Verdad y Ramos, en la zona centro de nuestra capital.
De esta forma, Gámez Ponce comenzó a colaborar como voluntario en labores de socorro, previa capacitación en primeros auxilios, movilización de lesionados, nudos y amarres, etc.
Se convirtió en un socorrista confiable y responsable, por lo que tiempo después se le dio la oportunidad de operar vehículos de emergencia, es decir, las ambulancias, lo cual le llenaba de muchas satisfacciones.
Hubo una vacante para ser operador de paga en Cruz Roja, con horario y todo, y dejar de ser voluntario. Y Ricardo era ahora operador de paga con sus respectivas obligaciones laborales.
Cabe mencionar que ahí en la Cruz Roja conoció a su novia y después esposa, quien era socorrista voluntaria. Formaron una familia que ahora cuenta con nietas y nietos.
A sabiendas que como operador de paga no tenía mucho futuro, debido sobre todo al salario tan limitado, Ricardo decidió volver al periodismo y concretamente a la nota policiaca.
Recibió la oportunidad de ser reportero de Televisa Aguascalientes. De inmediato alcanzó notoriedad con sus informaciones, no se diga el resumen de fin de semana que se presentaba cada lunes, con un vasto auditorio.
Ricardo fue siempre abundante en detalles, acompañado de imágenes, pues con cámara de video al hombro cubría hechos violentos y accidentes durante la guardia nocturna de los sábados, junto con policías preventivos.
El auditorio aguardaba con expectación el resumen de fin de semana, que en ocasiones se extendía por espacio de media hora hasta 35 minutos.
El resumen policiaco se transmitía dos veces en el noticiero vespertino, debido a las protestas de la gente que no alcanzaba a verlo la primera vez por razones de tiempo. Y la dirección del canal, a cargo del Lic. Víctor Rodríguez García, no tenía otra alternativa que cumplir las exigencias del público televidente, dado que en aquellos años Televisa Aguascalientes era el rey del rating.
Se comprobó que a mucha gente le fascina la nota roja o el amarillismo.
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