/ miércoles 28 de agosto de 2024

Bajo el Sol | Los periodistas de ayer (XXX)

Seguimos con la vida y trayectoria de una de las primeras reporteras policiacas en el país, María del Pilar González Peña, quien es también investigadora criminal y maestra universitaria.

Ella nos cuenta que sintió la necesidad de una mejor oportunidad y decidió buscar suerte en la vecina ciudad de San Luis Potosí, pues sabía que el director del periódico El Sol de San Luis, era el licenciado José Ángel Martínez Limón, a quien conoció como director del periódico El Sol del Centro de Aguascalientes. Y así, sin conocer la ciudad, una vez más se enfrentó con un nuevo destino, en un lugar donde no conocía nada ni a nadie.

Buscó un pequeño departamento y una tarde se presentó en la dirección del periódico El Sol de San Luis con la seguridad de que se quedaría trabajar. Y así fue, luego de un exhaustivo examen de redacción, un día después se encontraba laborando en un lugar donde se practicaba el periodismo combativo, un oficio que tuvo que asimilar, entender y desarrollar. Siempre agradecida con la periodista Altagracia Nolasco, con Pedro Cervantes, Hélida Mendoza Villanueva, Tiburcio Cadena Gutiérrez, entre más.

Pasó el tiempo y para un fin de año, fue de visita, se reencontró con el licenciado José Asunción Gutiérrez Padilla, quien seguía al frente del periódico El Heraldo de Aguascalientes y la cuestionó qué estaba haciendo allá, sola. La invitó a trabajar en el medio de comunicación que dirigía y tres meses después, retornó a esta ciudad Aguascalientes.

En ese tiempo convivió con reporteros experimentados, como Salvador Rodríguez López, Rodolfo Nieves Hermosillo, Leticia Acuña Medina, Rogelio Flores Reveles, María del Rosario Magdaleno Ulloa, José de Jesús de Lara, Salvador de León Vázquez; de los reporteros gráficos Jaime Almanza Delgado, Rafael Peña Fernández y Carlos Martínez.

Pilar comenzó como reportera de la sección regional, tiempo después la asignaron a la sección local en donde cubrió los descansos de sus compañeros, lo que le facilitó conocer cualquier ámbito, distintas fuentes y muy diversas problemáticas. Tuvo la oportunidad de entrevistar al prelado Girolamo Prigione, controvertido nuncio apostólico en México; a la maestra Elba Esther Gordillo Morales en el conflicto y huelga de los maestros, pudo visitar Chiapas en el conflicto del EZLN, cubrir la fuerte lluvia que destruyó varias casas y derribó árboles en la colonia Ferronales; narró cambios de gobierno, y muchos eventos más.

Un momento marcó su vida para siempre, cuando le concedieron ingresar a la sección policiaca en donde accedió a un mundo dominado por los hombres, un mundo hecho de hombres para hombres, y en el que se tuvo que presentar a los jefes policiacos como un “ente”, acto que sería un límite para que no vieran en su persona a una mujer sino a una trabajadora del periodismo.

Y así, al parecer, fue la primera mujer que cubrió la nota roja en el estado de Aguascalientes, dando el sentido científico y no sangriento a las historias más complicadas de la sociedad. Fue cuando se decidió tener dos páginas de la sección. Pronto los lectores le abordaron con expedientes que lograron la incomodidad de algunos funcionarios y comenzó la presión hacia su persona. Pero los que la amenazaron, nunca le hicieron daño.

Posteriormente, entendió que el periodismo de investigación no cabe en un medio de comunicación por lo extenso y el fondo, por lo que decidió tomar la ruta independiente para ejercer su labor.

Así, comenzó el nuevo milenio con lo que sería su primera publicación, a manera de libro titulado Traición de Madrugada, edición independiente de Tiempo de Castigo (2000). Una investigación periodística que narra el controversial Caso Parras y en el que se cuenta una historia de injusticia desde todas las aristas, exhibió que no hubo nunca un limosnero, que no hubo violación a la víctima, una joven y atractiva ama de casa, señaló la componenda del Estado y evidenció al presunto responsable de la muerte de la contadora Patricia Cortés Hernández, echando abajo la versión oficial ofrecida por el aparato de administrar justicia.

Publicó el documento periodístico La Verdad Descubierta por el Tiempo (2009); fue colaboradora del libro Trini, Bordadora de Sueños (2014); prologuista del libro Relatos de una Época del periodista y escritor Jaime Arteaga Novoa (2015) y autora del libro Un Infierno para Llegar al Cielo (2015).

Fue nombrada secretaria técnica de la Fundación Yo Amo la Lectura, de la Universidad Las Américas, del Centro Occidente, en el 2015.

Seguimos con la vida y trayectoria de una de las primeras reporteras policiacas en el país, María del Pilar González Peña, quien es también investigadora criminal y maestra universitaria.

Ella nos cuenta que sintió la necesidad de una mejor oportunidad y decidió buscar suerte en la vecina ciudad de San Luis Potosí, pues sabía que el director del periódico El Sol de San Luis, era el licenciado José Ángel Martínez Limón, a quien conoció como director del periódico El Sol del Centro de Aguascalientes. Y así, sin conocer la ciudad, una vez más se enfrentó con un nuevo destino, en un lugar donde no conocía nada ni a nadie.

Buscó un pequeño departamento y una tarde se presentó en la dirección del periódico El Sol de San Luis con la seguridad de que se quedaría trabajar. Y así fue, luego de un exhaustivo examen de redacción, un día después se encontraba laborando en un lugar donde se practicaba el periodismo combativo, un oficio que tuvo que asimilar, entender y desarrollar. Siempre agradecida con la periodista Altagracia Nolasco, con Pedro Cervantes, Hélida Mendoza Villanueva, Tiburcio Cadena Gutiérrez, entre más.

Pasó el tiempo y para un fin de año, fue de visita, se reencontró con el licenciado José Asunción Gutiérrez Padilla, quien seguía al frente del periódico El Heraldo de Aguascalientes y la cuestionó qué estaba haciendo allá, sola. La invitó a trabajar en el medio de comunicación que dirigía y tres meses después, retornó a esta ciudad Aguascalientes.

En ese tiempo convivió con reporteros experimentados, como Salvador Rodríguez López, Rodolfo Nieves Hermosillo, Leticia Acuña Medina, Rogelio Flores Reveles, María del Rosario Magdaleno Ulloa, José de Jesús de Lara, Salvador de León Vázquez; de los reporteros gráficos Jaime Almanza Delgado, Rafael Peña Fernández y Carlos Martínez.

Pilar comenzó como reportera de la sección regional, tiempo después la asignaron a la sección local en donde cubrió los descansos de sus compañeros, lo que le facilitó conocer cualquier ámbito, distintas fuentes y muy diversas problemáticas. Tuvo la oportunidad de entrevistar al prelado Girolamo Prigione, controvertido nuncio apostólico en México; a la maestra Elba Esther Gordillo Morales en el conflicto y huelga de los maestros, pudo visitar Chiapas en el conflicto del EZLN, cubrir la fuerte lluvia que destruyó varias casas y derribó árboles en la colonia Ferronales; narró cambios de gobierno, y muchos eventos más.

Un momento marcó su vida para siempre, cuando le concedieron ingresar a la sección policiaca en donde accedió a un mundo dominado por los hombres, un mundo hecho de hombres para hombres, y en el que se tuvo que presentar a los jefes policiacos como un “ente”, acto que sería un límite para que no vieran en su persona a una mujer sino a una trabajadora del periodismo.

Y así, al parecer, fue la primera mujer que cubrió la nota roja en el estado de Aguascalientes, dando el sentido científico y no sangriento a las historias más complicadas de la sociedad. Fue cuando se decidió tener dos páginas de la sección. Pronto los lectores le abordaron con expedientes que lograron la incomodidad de algunos funcionarios y comenzó la presión hacia su persona. Pero los que la amenazaron, nunca le hicieron daño.

Posteriormente, entendió que el periodismo de investigación no cabe en un medio de comunicación por lo extenso y el fondo, por lo que decidió tomar la ruta independiente para ejercer su labor.

Así, comenzó el nuevo milenio con lo que sería su primera publicación, a manera de libro titulado Traición de Madrugada, edición independiente de Tiempo de Castigo (2000). Una investigación periodística que narra el controversial Caso Parras y en el que se cuenta una historia de injusticia desde todas las aristas, exhibió que no hubo nunca un limosnero, que no hubo violación a la víctima, una joven y atractiva ama de casa, señaló la componenda del Estado y evidenció al presunto responsable de la muerte de la contadora Patricia Cortés Hernández, echando abajo la versión oficial ofrecida por el aparato de administrar justicia.

Publicó el documento periodístico La Verdad Descubierta por el Tiempo (2009); fue colaboradora del libro Trini, Bordadora de Sueños (2014); prologuista del libro Relatos de una Época del periodista y escritor Jaime Arteaga Novoa (2015) y autora del libro Un Infierno para Llegar al Cielo (2015).

Fue nombrada secretaria técnica de la Fundación Yo Amo la Lectura, de la Universidad Las Américas, del Centro Occidente, en el 2015.