/ viernes 29 de noviembre de 2024

Café Fausto | Casi el paraíso

Recientemente llegó a las pantallas una versión fílmica de la novela “Casi el paraíso” de Luis Spota desarrollada en el México actual, ahí el director logra retratar a una clase política y una oligarquía ambiciosa y banal.

Del escritor mexicano Luis Spota solamente he leído su novela “Casi el paraíso”, lo hice en la mitad de la década de los ochenta cuando comenzaba a estudiar la preparatoria, aunque desde mi infancia sabía de su existencia, por eso al enterarme hace unos meses que se había producido un largometraje adaptado sobre esa obra me causó curiosidad y afortunadamente ya pude disfrutar de verla.

Sobre Luis Spota hay una historia casi familiar con este autor. Durante mi infancia en Guanajuato, Francisco Muñoz Mosqueda, uno de los estudiantes que vivían en mi hogar, que funcionaba como Casa de Huéspedes para estudiantes universitarios, era un lector asiduo de Spota, en su librero estaba casi toda su obra publicada y en la comida la mayor parte de los estudiantes que ahí asistían a vivir y comer hablaban de su obra.

En sus novelas Luis Spota retrata el ambiente social y político de México, sus conflictos, sus personajes en un entorno realista con una narrativa directa, ágil y un lenguaje sencillo. Esa es tal vez la razón por la que la crítica literaria no lo ha reconocido en toda su dimensión.

A la par de saber de su obra por los estudiantes en mí casa, por las noches veíamos en el Canal 13 de televisión gubernamental su programa “Fuera de serie” en el que comentaba y transmitía documentales y series de televisión como “Holocausto” sobre el genocidio Nazi en la Segunda Guerra Mundial, crecí con Spota. Por eso fue casi natural que entre mis lecturas de juventud llegara “Casi el paraíso” en su edición de 1986 de la colección Lecturas Mexicanas de la SEP.

Hay algo que me simpatiza de Luis Spota, escritor y periodista, y es ante todo su obra en la que buscaba retratar la realidad nacional logrando con astucia escapar de la censura del régimen priísta.

“Casi el paraíso”, como sabemos, la publicó originalmente en 1956 cuando era presidente Adolfo Ruiz Cortínez, pero me atrevo a imaginar que la obra se desarrolla en el sexenio de Miguel Alemán Valdés, el primero de su estirpe de los llamados “cachorros” de la Revolución que continuaron el viraje hacia la derecha del proyecto revolucionario de izquierda que había dejado como legado Lázaro Cárdenas.

En esos años ya el régimen priísta, corrupto y represor, era quien gobernaba en México con una burguesía de nuevos ricos, falsos aristócratas y políticos profundamente ambiciosos, oportunistas, pretenciosos y superficiales, con una naciente clase media y una sensación de crecimiento y desarrollo de la vida urbana nacional. En ese escenario vemos llegar la historia de esta novela.

En esta obra se narra la historia del príncipe Ugo Conti, un falso aristócrata italiano que se aprovecha de la banalidad y la ignorancia de la clase gobernante y de la oligarquía para darse la gran vida.

Hace unos meses, bajo la dirección de Edgar San Juan llegó a las pantallas de los cines en México y ahora en una plataforma, la versión fílmica de “Casi el paraíso” adaptada a la actualidad, tal vez ubicada al final del periodo del régimen neoliberal reciente.

Adelanto que el director de esta cinta logró crear un universo y trama verosímil a pesar de los diversos cambios como la época, personajes, algunos nudos narrativos respecto a la historia original que leímos en la novela.

Con las actuaciones de Andrea Arcangeli, Esmeralda Pimentel, Karol Sevilla, Miguel Rodarte y Katie Barberi vemos a unos políticos y oligarcas mexicanos muy parecidos a los de la novela, cegados por la ambición, los cuales son usados por Ugo Conti, en este caso un falso conde, creando un enredo de poder e intereses. El final modificado respecto al desenlace de la novela me parece adecuado y bien logrado.

Sin duda, recomiendo vean esta versión fílmica de “Casi el paraíso”, por supuesto también lean a Spota. Les debo mi opinión sobre la reciente versión fílmica de “Pedro Páramo” que confieso no la he visto.

Por Fabián Muñoz





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