/ viernes 25 de octubre de 2024

Café Fausto | Los murales de Palacio se siguen deteriorando

Hace una semana visité Palacio de Gobierno de esta ciudad para ver nuevamente los murales de Osvaldo Barra y pude observar que desafortunadamente están deteriorados, el daño mayor se encuentra en el muro Norte de la planta baja, ubicado a la izquierda. En ese muro Barra aborda a través de imágenes la Revolución Mexicana y especialmente la Soberana Convención de Aguascalientes.

El daño mayor de esa área del mural está en la parte inferior donde se puede apreciar manchas de humedad o de salitre que ya afectan de manera clara al fresco. Ahí donde Osvaldo Barra presenta páginas con frases del movimiento zapatista y referentes a la justicia social ya se pueden ver borrosas algunas de las letras, mientras que se registra una cuarteadura en el muro.

En otros muros que fueron pintados por Barra como parte de su proyecto artístico se pueden ver raspadura, muy pequeños espacios descarapelados, todos sin reparar ni señales de que pronto se pudiera resolver el problema.

Es preocupante la falta de sensibilidad y compromiso por las autoridades estatales con esta obra que es parte de nuestro patrimonio artístico y que, me consta, promueven a los murales como una importante atracción turística.

Este nulo interés se puede constatar en que el 10 de abril de 2018 este diario El Sol del Centro publicó una nota firmada por Mario Luis Ramos con el encabezado “Se deterioran los murales del Palacio” en el que se expone que no están catalogados por el Instituto Nacional de Bellas Artes. Ante esto, dice la nota, el “delegado estatal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Héctor Castanedo Quirarte, reconoció que, ante la ausencia de esta catalogación, el resguardo, conservación y eventual restauración de los mismos corresponde de manera directa al Instituto Cultural de Aguascalientes (ICA)”.

Me he enterado de que, actualmente toman como responsable de su cuidado al mismo Palacio de Gobierno y no al ICA, la nota que les comento data de hace seis años y es evidente que no se ha avanzado en resolver el problema, mientras que el daño a ese patrimonio artístico avanza. Con todo respeto, considero que ya es tiempo de que contraten a un equipo de restauradores para resolver esta situación.

Sería una pena ver perderse poco a poco estos murales que pintó Osvaldo Barra en una primera etapa en 1960 y en una segunda en 1989 en los que retrata parte del pasado, tradiciones y costumbres de nuestra entidad como también una propuesta visual muy interesante sobre nuestro pasado nacional.

Curiosamente, en junio de 2018 en otra colaboración de esta columna, entonces publicada en otro diario de esta ciudad abordé el tema de la importancia de los murales de Palacio de Gobierno, recordé cómo Osvaldo Barra fue un reconocido discípulo de Diego Rivera, mencioné algunos aspectos del contenido de los murales y recordé cómo tuve el privilegio de ser amigo del muralista chileno cuando elaboraba su obra en 1990 y entonces me desempeñaba como reportero radiofónico local.

Recuerdo a Osvaldo Barra trepado en su andamio conversando conmigo, yo al pie del andamio, que regresaba de reportear con mi material listo para grabarlo en la emisora y hablábamos a veces por largo tiempo de las noticias del día, de autores y lecturas que nos apasionaban y que coincidíamos mientras lo veía pintar. En esas charlas pude percibir su cariño por Aguascalientes y su compromiso artístico por desarrollar su obra en esos muros en los que nos retrató. Es un desacierto dejar que se deterioren esos murales.






Las opiniones vertidas en este artículo son responsabilidad de quien las emite y no de está casa editorial. Aquí se respeta la libertad de expresión.

Hace una semana visité Palacio de Gobierno de esta ciudad para ver nuevamente los murales de Osvaldo Barra y pude observar que desafortunadamente están deteriorados, el daño mayor se encuentra en el muro Norte de la planta baja, ubicado a la izquierda. En ese muro Barra aborda a través de imágenes la Revolución Mexicana y especialmente la Soberana Convención de Aguascalientes.

El daño mayor de esa área del mural está en la parte inferior donde se puede apreciar manchas de humedad o de salitre que ya afectan de manera clara al fresco. Ahí donde Osvaldo Barra presenta páginas con frases del movimiento zapatista y referentes a la justicia social ya se pueden ver borrosas algunas de las letras, mientras que se registra una cuarteadura en el muro.

En otros muros que fueron pintados por Barra como parte de su proyecto artístico se pueden ver raspadura, muy pequeños espacios descarapelados, todos sin reparar ni señales de que pronto se pudiera resolver el problema.

Es preocupante la falta de sensibilidad y compromiso por las autoridades estatales con esta obra que es parte de nuestro patrimonio artístico y que, me consta, promueven a los murales como una importante atracción turística.

Este nulo interés se puede constatar en que el 10 de abril de 2018 este diario El Sol del Centro publicó una nota firmada por Mario Luis Ramos con el encabezado “Se deterioran los murales del Palacio” en el que se expone que no están catalogados por el Instituto Nacional de Bellas Artes. Ante esto, dice la nota, el “delegado estatal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Héctor Castanedo Quirarte, reconoció que, ante la ausencia de esta catalogación, el resguardo, conservación y eventual restauración de los mismos corresponde de manera directa al Instituto Cultural de Aguascalientes (ICA)”.

Me he enterado de que, actualmente toman como responsable de su cuidado al mismo Palacio de Gobierno y no al ICA, la nota que les comento data de hace seis años y es evidente que no se ha avanzado en resolver el problema, mientras que el daño a ese patrimonio artístico avanza. Con todo respeto, considero que ya es tiempo de que contraten a un equipo de restauradores para resolver esta situación.

Sería una pena ver perderse poco a poco estos murales que pintó Osvaldo Barra en una primera etapa en 1960 y en una segunda en 1989 en los que retrata parte del pasado, tradiciones y costumbres de nuestra entidad como también una propuesta visual muy interesante sobre nuestro pasado nacional.

Curiosamente, en junio de 2018 en otra colaboración de esta columna, entonces publicada en otro diario de esta ciudad abordé el tema de la importancia de los murales de Palacio de Gobierno, recordé cómo Osvaldo Barra fue un reconocido discípulo de Diego Rivera, mencioné algunos aspectos del contenido de los murales y recordé cómo tuve el privilegio de ser amigo del muralista chileno cuando elaboraba su obra en 1990 y entonces me desempeñaba como reportero radiofónico local.

Recuerdo a Osvaldo Barra trepado en su andamio conversando conmigo, yo al pie del andamio, que regresaba de reportear con mi material listo para grabarlo en la emisora y hablábamos a veces por largo tiempo de las noticias del día, de autores y lecturas que nos apasionaban y que coincidíamos mientras lo veía pintar. En esas charlas pude percibir su cariño por Aguascalientes y su compromiso artístico por desarrollar su obra en esos muros en los que nos retrató. Es un desacierto dejar que se deterioren esos murales.






Las opiniones vertidas en este artículo son responsabilidad de quien las emite y no de está casa editorial. Aquí se respeta la libertad de expresión.