El miércoles pasado fue el 103 aniversario luctuoso de Ramón López Velarde, quien nació el 15 de junio de 1888, es decir hace 136 años en Jerez, Zacatecas, pero que, pienso, nació como poeta en Aguascalientes. Opino que ese hecho no ha sido lo suficientemente difundido por la comunidad académica, literaria, ni por las autoridades culturales.
Hace falta en Aguascalientes reconocer a López Velarde también como poeta propio, falta difundir más su obra, nos falta incluso, por ejemplo, una escultura del joven Ramón López Velarde caminando por la calle Del Codo en el centro de la ciudad, al lado de su amigo, el escritor y periodista Eduardo J. Correa, espero las autoridades me lean y se tomen la libertad de robarme la idea.
Con López Velarde tengo una larga historia personal de admiración, desde mis primeras lecturas de su obra cuando estudiaba mi preparatoria en Irapuato, hasta un acercamiento mayor al asistir durante cinco días en julio de 1995 al Segundo Curso Regional de Poesía con el tema “Ramón López Velarde”, impartido por el Maestro Marco Antonio Campos y organizado por el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Querétaro y la Coordinación Nacional de Descentralización del CONACULTA.
Luego, en 1998 Campos me obsequió su libro “El San Luis de Manuel José Othón y el Jerez de López Velarde”, esto mientras participaba en su curso “El Segundo Romanticismo Mexicano” en San Luis Potosí, lo que me dio la oportunidad de comenzar a leerlo siguiendo esa detallada guía que enlaza los lugares que frecuentaban estos escritores con sus poemas. Esto me llevó a visitar un mes después la ciudad de Jerez con ese libro en la mano.
Sin duda, a Marco Antonio Campos, admirable conocedor de la vida y obra de López Velarde, le debo ese mayor acercamiento al poeta y mi interés en leerlo y conocerlo más.
Mientras investigaba en el Archivo Histórico de Aguascalientes para la elaboración de mi libro “Cámara de Comercio de Aguascalientes, 100 años de Historia (1906-2006)” publicado en 2006, encontré un anuncio en el periódico El Republicano, fechado en 1906, donde el padre del poeta publicitaba “Guadalupe López Velarde. Abogado y Notario Público. Esquina de Tacuba y Moctezuma”, esta información se la proporcioné a Campos y generosamente me citó con el dato en su libro “Diccionario Lopezvelardeano” editado por la UNAM.
Una de las facetas de López Velarde poco difundidas son sus textos de opinión política que publicó en diversos diarios, el primero está fechado el 14 de octubre de 1909 en “El Regional” de Guadalajara en el que opina sobre Francisco I. Madero que “este fronterizo vale, por su hombría, más que los políticos sin sexo de la ciudad de Méjico, en la que están domiciliados tantos misérrimos individuos. Al proclamar el antirreleccionismo tuvo Madero una actitud caballeresca, un gesto bizarro, una palabra de justicia. Madero me es simpático”.
El nacimiento de un poeta
Como lo expresé en otra colaboración en esta columna, andar por el centro de Aguascalientes me hace imaginar a veces a ese joven poeta caminando por las calles en sus primeros años de poeta.
Con esa agradable sensación me entero de que mi amigo Joaquín Chávez Pérez publicó su libro “El nacimiento de un poeta. Ramón López Velarde a 120 años de su primer poema publicado”, surgido por el también naciente sello “Depósito Editorial”.
En el libro que fue presentado por la tarde del pasado miércoles en el Archivo Histórico con la participación de mis amigos Rocío Castro Fernández, Andrés Reyes Rodríguez y como moderadora Dolores García Pimentel, su autor nos comparte la producción completa de los poemas de López Velarde en Aguascalientes que es en sí el proceso del nacimiento del poeta.
Acompañado por una buena selección de imágenes y facsimilares de sus primeros poemas, Chávez Pérez nos contextualiza sobre cómo fueron surgiendo los diferentes textos y a qué personas se los dedicó.
El libro es un acercamiento sobre los primeros poemas de nuestro “Poeta Nacional”, en el que se destaca la reproducción de su primer poema “Desconsuelo” publicado el 20 de marzo de 1904 en el periódico “El Católico” con el seudónimo de “Un Seminarista”.
Con lenguaje sencillo y directo, el autor hace este recorrido a través de los primeros poemas de López Velarde, de esta manera nos acerca a quienes fueron sus amigos como Enrique Fernández Ledesma y Pedro de Alba, sus afectos, a los lugares que frecuentaba y los periódicos en los que publicó.
Joaquín Chávez nos relata también cómo López Velarde además de poemas, también publicó diversos textos periodísticos en prosa sobre los más diversos temas, algunos de ellos como los taurinos con cierto sentido poético.
La obra “El nacimiento de un poeta. Ramón López Velarde a 120 años de su primer poema publicado” de Joaquín Chávez es sin duda un aporte interesante sobre el estudio a la vida y obra del “Poeta Nacional” y nos permite iniciar el dialogo para su completo reconocimiento como poeta aguascalentense, porque finalmente, como poeta nació en esta ciudad. Recomiendo su lectura.