Hoy 16 de octubre es el Día Mundial de la Alimentación. Esta fecha, fijada en el calendario internacional por la ONU desde 1980, recuerda a los países que tienen un compromiso para garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición de las sociedades. Adicionalmente existe una responsabilidad por realizar esfuerzos para erradicar el hambre en el mundo.
Pese a que la humanidad ha avanzado en distintas áreas, aún no logra erradicar el hambre aguda. Es importante exponer el tema en la agenda pública. De acuerdo con el último Informe Mundial sobre Crisis Alimentarias, cerca de 281 millones de personas padecen hambre en la actualidad. Esta situación lamentablemente ha empeorado por distintas causas como la pandemia de Covid-19, los conflictos armados entre naciones y los eventos climáticos extremos.
El acceso a la alimentación nutritiva y de calidad es un derecho social que se debe garantizar a las y los mexicanos. Al respecto, los últimos datos del Coneval (2022) revelan que, en México, 23.4 millones de personas aún tienen carencias alimentarias; sin embargo, se presentan avances respecto al año 2016, cuando la cifra era de 26.5 millones.
En nuestro país, la gente está interesada en saber información sobre su alimentación y la de sus comunidades. A través de la Plataforma Nacional de Transparencia, las personas ejercen su derecho de acceso a la información. Por ejemplo, les piden a las secretarías de desarrollo social de los estados información sobre programas de alimentación (los recursos utilizados así como los productos que componen la canasta alimentaria que entregan); a institutos de salud sobre la alimentación que dan a los pacientes; a secretarías de educación sobre sus programas alimenticios para jornadas ampliadas, entre otros casos.
En este sentido, es imposible alcanzar la autosuficiencia alimentaria si no va acompañada de transparencia y rendición de cuentas. Por ejemplo, gracias al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) y al periodismo de investigación, fue que supimos cómo, hace unos años, Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex) cayó en supuestos actos de corrupción e irregularidades que lo desviaron de su objetivo prioritario.
Como árbitro para que las autoridades transparenten la información que las personas requieren, en el INAI —y en específico en la Ponencia a mi cargo— hemos resuelto casos al respecto. Por ejemplo, ordenamos a que la Fiscalía General de la República (FGR) entregue datos sobre las denuncias presentadas respecto de posibles daños patrimoniales a Segalmex; también instruimos a este organismo a entregar documentación sobre productos alimenticios que no se consumieron, e informar sobre los criterios utilizados para determinar la canasta básica de alimentos de Diconsa.
La nueva administración federal ha anunciado la creación de un nuevo organismo denominado Alimentación para el Bienestar que fusionará Segalmex con Diconsa, enfocado en distribución de productos básicos y en garantía de precios. Esta reestructuración que pretende establecer precios justos —vinculándose directamente con productores— es una buena oportunidad para combatir la opacidad y fortalecer la transparencia, por el bien de la ciudadanía.
El derecho de acceso a la información es una llave para ejercer otros derechos como los derechos a la nutrición y a la alimentación adecuada. ¡Te invito a ejercerlo!