Después de un complicado proceso electoral, hoy se decidirá quién ocupará el máximo cargo de representación popular en Estados Unidos, por el lado de los demócratas tenemos a Kamala Harris y por el lado de los republicanos al expresidente Donald Trump.
Después de un cambio de candidato por parte de los demócratas, donde el presidente Joe Biden, abandonó la carrera presidencial después de un fallido debate, por lo que Kamala Harris tomó la batuta de dirigir a los demócratas al triunfo. Mientras tanto, los republicanos unidos eligieron a Donald Trump, que después de un atentado en su contra que por poco le cuesta la vida, decidió seguir en la contienda para volver a ser presidente de los Estados Unidos, el día de hoy las y los ciudadanos de su país decidirán el futuro de su nación.
Actualmente, las encuestas dan un empate técnico entre ambos candidatos, porque, aunque en algunas se encuentra adelante Harris y en otras Trump, la diferencia es tan pequeña que estaría dentro del margen de error que marcan las mismas, por lo que no se podría definir un claro favorito para ganar las elecciones, aunque las casas de apuestas en ese país ponen en promedio a Trump con 60 por ciento de probabilidades de ganar la elección.
Debemos de recordar que la democracia estadounidense no es como la mexicana, debido a que la presidencia se elige con un procedimiento distinto y aunque las y los ciudadanos votan, no significa que el candidato más votado será presidente.
¿Cómo funciona la elección para presidente de Estados Unidos?
Estados Unidos tiene un sistema electoral que denominan democracia indirecta, que es un método complejo para decidir el ganador de los comicios.
Tenemos que empezar mencionando que el voto de las y los ciudadanos no elige al presidente directamente, sino que sus votos sirven para elegir personas que se les denomina “electores” que en caso de ganar formarán parte del Colegio Electoral, que el 6 de enero se reunirán y ellos elegirán el presidente de Estados Unidos.
Podríamos decir que se trata de una contienda estatal, debido a que cada estado tiene un número diferente de “electores”, ya que se asignan según su población. En total, el Colegio Electoral se conforma por 538 “electores”, estos son divididos entre 50 estados que conforman Estados Unidos.
Supongamos que en Nueva York gana la candidata de los demócratas por 2 por ciento y este estado tiene 28 electores, por lo tanto, los demócratas tendrían los 28 electores, aunque solo ganarán por el 2 por ciento.
Para ser presidente de los Estados Unidos, uno de los candidatos necesita por lo menos tener 270 votos de los “electores” y dependiendo de los estados que cada uno gane podría tener más número de votos de “electores”, pero menos cantidad de votos de los ciudadanos, este fue el caso en 2016 cuando Trump fue presidente, pero perdió la elección ante Hillary Clinton por más de 3 millones votos.
Esta elección no solo definirá el futuro de su país, sino que tendrá una repercusión tan grande por el curso de los distintos conflictos armados en los que esa nación está involucrada de manera directa o indirectamente, estos comicios repercutirán en todo el mundo.
México tiene un papel fundamental en la elección estadunidense, porque al ser su principal socio comercial y al ser su vecino en la frontera más transitada del mundo, tenemos una relación simbiótica que tiene que seguir evolucionando en favor de las y los habitantes de cada país, dejando de lado los sesgos políticos y priorizando el bienestar de ambos pueblos.
Sabemos que Trump ha amenazado al gobierno de nuestro país con incrementar los aranceles de no detener el tráfico de drogas y de migrantes, esto genera cierta tensión en la relación bilateral, pero nada que no pueda ser salvado con una relación respetuosa y de diálogo entre ambas naciones.