El pasado cinco de febrero, nuestro Presidente Andrés Manuel López Obrador, presentó ante el Honorable Congreso de la Unión una serie de iniciativas mejor conocidas como el “Plan C”, en el que, entre muchas propuestas, se está planteando una reforma estructural al Poder Judicial de la Federación. La propuesta central de esta reforma es que los jueces, magistrados y ministros sean elegidos por medio del voto popular.
Esta reforma al Poder Judicial Federal, como es ya casi una costumbre, fue objeto de críticas de los sectores conservadores de México, es decir, de los intelectuales y académicos de la derecha que, de manera tradicional junto con muchos medios convencionales de comunicación, construían una falsa opinión pública. Así como las cúpulas económicas, tanto nacionales como extranjeras, que vieron amenazado un espacio de control político para detener las obras públicas y acciones de gobierno de nuestra Cuarta Transformación.
Sabemos cómo esos sectores, incluyendo los principales actores del Poder Judicial identificados con la derecha, se posicionaron en contra e incluso hicieron campaña y movilizaciones adversas tratando de crear un clima de confrontación que impidiera ese necesario cambio para sanear al Poder Judicial.
Ante este escenario, nuestro Presidente llamó a lograr en estas elecciones una mayoría abrumadora en el Poder Legislativo para conseguir la aprobación de todas las reformas rechazadas por la oligarquía, siendo precisamente el “Plan C” esa estrategia.
Así, después de las elecciones del pasado 2 de junio, en el que Morena y el pueblo consciente básicamente ganamos todo el país, ahora sabemos que el nuevo escenario es que la iniciativa se aprobará de una manera fácil, teniendo la mayoría en el Poder Legislativo.
Como se recordará, previo a este triunfo, Norma Lucía Piña Hernández, presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se reunió en privado con Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, el dirigente nacional del PRI, en una acción de evidente parcialidad en medio del histórico proceso electoral. Luego de la derrota de la oposición, la SCJN y la inminente reforma al Poder Judicial, ha pedido diálogo con la próxima Presidenta del Cambio Verdadero.
Nuestro triunfo electoral y la inminente reforma al Poder Judicial han generado un fenómeno económico que se ha querido interpretar como incertidumbre en los mercados financieros, con una depreciación del peso y de las acciones en general de la Bolsa Mexicana de Valores. ¿En qué les afecta a los grandes capitales ya no tener un Poder Judicial aliado a la derecha y a un sector de la oligarquía? El lector mismo puede imaginar varias respuestas.
Ante este escenario, Claudia Sheinbaum, nuestra presidenta electa, emitió un mensaje para calmar a los mercados y a la población en general.
El mensaje de Sheinbaum fue contundente: la reforma al Poder Judicial Federal va, pero se discutirán y podrán recibir modificaciones para mejorar los dictámenes finales que serán los que se conviertan en ley. Esto es importante, ya que los medios de comunicación convencionales buscan que el Presidente López Obrador y la Presidenta virtualmente electa Claudia Sheinbaum se vean autoritarios al decir que no se le moverá ni una coma a las iniciativas. Esta declaración desactiva ese discurso creado desde la derecha.
Es sumamente importante resaltar que, si Morena tendrá mayoría en ambas cámaras del Congreso de la Unión en la siguiente legislatura, es porque así lo quiso la mayoría de las mexicanas y mexicanos. Porque, aunque grupos de poder se quieran oponer y crear una narrativa falsa de esta reforma, el pueblo de México decidió respaldar de nuevo a la Cuarta Transformación.
Claudia Sheinbaum, en los múltiples mensajes que ha dado, mencionó que sin duda es importante la discusión y el conocimiento de la reforma del Poder Judicial de la Federación, donde serán escuchadas distintas voces para su análisis, incluyendo a jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial Federal. Por lo que podemos estar seguros de que todas las voces interesadas en esta reforma serán escuchadas y tomadas en cuenta para esta gran reforma.
Es importante destacar que existe mucha desinformación respecto a la reforma, pero lo principal es la elección de jueces, magistrados y ministros, además de que se eliminarán muchos de los privilegios de los grandes puestos del Poder Judicial, como las pensiones millonarias vitalicias a los ministros de la Corte. Ahora se tendrán que jubilar como todos los servidores públicos por medio del ISSSTE (Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado).
Los invito a enterarse, a participar en este diálogo nacional y a no permitir que lo buscado con este triunfo, que es cumplir nuestro “Plan C”, sea dinamitado por la derecha y un sector de la cúpula económica interesada en mantener sus privilegios.