El pasado sábado nuestro Presidente de México rindió su último Informe de Gobierno en el Zócalo de la Ciudad de México, mostrando los resultados y logros obtenidos durante su mandato, seguramente pasará a la Historia como uno de los presidentes más queridos en nuestro país.
El primero de septiembre será recordado por muchas y muchos como un día histórico, porque será el comienzo del cierre del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), concluyendo su mandato con una reducción histórica de la pobreza, con una clara defensa de la soberanía nacional, pero sobre todo con el respaldo y cariño de la mayoría del pueblo mexicano.
Después de seis años de desafíos y de transformación, el primero de octubre la Presidencia de la República pasará a manos de Claudia Sheinbaum Pardo, quien será la primera presidenta y continuadora de nuestra Cuarta Transformación.
Las pasadas elecciones que dieron triunfo a Sheinbaum también se convirtieron en un ejercicio democrático de confirmación del apoyo del pueblo al proyecto político a López Obrador al arrasar en las urnas en los comicios legislativos para ambas cámaras del Congreso de la Unión como aval de apoyo a las próximas reformas constitucionales en beneficio de toda la población.
López Obrador sin duda cambio el rumbo del país, transformando la política nacional con resultados que después de seis largos años de trabajo son palpables, el aumento en la economía y la enorme atracción a la inversión se tradujo en una clara disminución de la pobreza, acompañada del incremento histórico al salario mínimo y los programas sociales que tanto han apoyado a la gente que más los necesita.
Además del incremento económico, otro legado que nos deja el gobierno saliente, son sus grandes obras de infraestructura, desde aeropuertos como el Felipe Ángeles en el Estado de México o el Felipe Carrillo Puerto en Tulum hasta presas como el Cuchillo II en Nuevo León. Sin duda sus obras icónicas, como el Tren Maya y la refinería Olmeca en Dos Bocas, pasarán a la Historia y siempre serán un claro recuerdo para nuestros próximos gobernantes de que se puede transformar México si se termina con la corrupción.
Gran parte del triunfo del pasado 2 de junio se lo debemos al trabajo realizado por el Gobierno de México durante este sexenio, pero sobre todo se debe a la revolución de conciencias que despertó al pueblo de México, es por ellos que los grandes resultados obtenidos son gracias a las y los millones de mexicanos que decidieron respaldar el trabajo del Presidente.
Ese respaldo se pudo observar de manera conmovedora en el evento del sábado en el Zócalo cuando fuimos testigos del entrañable diálogo de López Obrador con la colectividad reunida en ese lugar, en la manera como hablaba y todos los asistentes respondían, por ejemplo, al hacer la consulta a mano alzada sobre la necesaria Reforma al Poder Judicial de la que se observó un apoyo total.
¿Qué pasará con AMLO?
En palabras de nuestro mandatario: “me voy a jubilar con la conciencia tranquila y muy contento, nada me hace más feliz que haber logrado con el apoyo de todos reducir la pobreza y la desigualdad del país”.
El Presidente en múltiples ocasiones ha dicho que él se retirará de la vida pública del país, que se irá a descansar y a escribir a su rancho en Tabasco. El legado que nos deja es impresionante y estoy segura de que el proyecto quedó en muy buenas manos, Claudia Sheinbaum continuará con el proceso de transformación para que todas y todos tengamos el país que merece esta gran nación llamada México.