/ martes 17 de septiembre de 2024

Una gran transformación irreversible

Indudablemente, el efecto de mayor trascendencia en el México moderno, de nuestros días, se presenta hoy, un día histórico que se registrara en la memoria de millones de mexicanas y mexicanos que han decidido consolidar la cuarta transformación a través de la reforma judicial.

A nadie debe quedar duda que en la memoria del pueblo que por varias generaciones y durante más de dos siglos (desde aquel acontecimiento, en el que el pueblo de México, se liberó de la corona española), México ha sido botín, un atractivo para el exterior; como olvidar la venta de una considerable extensión territorio al norte del país (la mesilla de california-nuevo México), y el saqueo de bienes nacionales en todo ese tiempo (minerales, maderas y otras riquezas naturales); sin embargo y a pesar traidores a la patria que han solicitado y siguen solicitando intervención extranjera, la lucha independiente del pueblo de México ha resistido, incluso, en nuestro máximo ordenamiento el constituyente de 1856-57 y el de 1917 determino democratizar y reconocer como otorgar poder al pueblo que se materializa en los preceptos 39 y 135 del marco normativo constitucional vigente.

Quedará en la histórica, estos momentos trascendentes para presentes y futuras generaciones, el de haber recuperado el pueblo su soberanía para ejercer su derecho de autodeterminarse y decidir sobre su forma de gobierno. Uno de los actos públicos de trascendencia sin duda, será, la publicación de la reforma judicial decidida por pueblo, representado por el congreso de la unión y la mayoría de las legislaturas locales del país. El 15 de septiembre de 2024, será un día histórico, recordado en un día memorable para los mexicanas y las mexicanos de un México humanista.

Desde ahora, la fecha de la independencia, también será recordada como el inicio de una nueva etapa de un pueblo revolucionario de conciencias, una nación politizada, dispuesta a no dar marcha atrás a lo recuperado en estos seis años.

El pueblo sabio, no permitirá tregua a quienes por décadas saquearon al país en beneficio de los intereses de grupos minoritarios (la oligarquía).

Hoy inicia una etapa de esperanza, que tiene el propósito un México con justicia, un estado de derecho, un pueblo resistente a la lucha por conservar la democracia, se abre una gran posibilidad con la REFORMA JUDICIAL.

La separación del poder judicial del poder económico (factico), hoy puede ser una realidad que se materializa en la enmienda a la (mal)impartición de justicia de décadas, una justicia que ha estado en manos y manipulada por una oligarquía en contubernio con la toga y el birrete; esos que se han sentido los dueños del país, que han torcido la justicia en contra del pueblo y la nación.

Este día 15 de septiembre de 2024, será recordado como el día en que se firmó el decreto que publica el Diario Oficial de la Federación, “LA REFORMA CONSTITUCIONAL DEL PODER JUDICIAL”, aprobada por la soberanía nacional en términos del artículo 39 y 135 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; es decir, se reforma con la voluntad del pueblo de México que confirmo transitar la cuarta transformación del país, voluntad expresada el pasado 2 de junio del año en curso.

Se trata de una revolución de conciencias, una revolución pacífica, transformadora de conciencias, la primera en 214 años del México independiente.

Bien lo dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador previo a la firma del decreto de reforma, el pasado domingo 15 de septiembre de 2024: “…la reforma a la constitución, con el propósito de mejorar el poder judicial porque necesitamos que la justicia llegue a todos que no haya corrupción en el poder judicial, que los jueces, magistrados, ministros apliquen al pie de la letra el principio de que al margen de la ley nada y por encima de la ley nadie, que tengamos un autentico, un verdadero estado de derecho, no un estado de chueco, que se acaben las simulaciones, porque se hablaba también que vivíamos en democracia; pero no, dominaba una oligarquía que eran los que mandaban, los de mero arriba, una minoría con fachada de democracia, había simulación , ahora es distinto , ahora sí, es el pueblo el que manda, el pueblo es el que decide, y se, lleva a la práctica lo que establece el artículo 39 de nuestra constitución, que el pueblo tiene en todo momento el derecho de cambiar la forma de su gobierno, el poder dimana del pueblo dice la constitución y se instituye en su beneficio”

Así, es como se sigue construyendo conciencia política del pueblo, aun no podemos decir que nuestra nación se encuentre en este estatus generalizado. Es innegable que haya una resistencia en la sana intención de crear cultura política para y por el pueblo, esa sana y autentica intensión que ha impulsado AMLO.

Los adversarios ideológicos (es claro), no están dispuestos a aceptar la voluntad del pueblo, lo han dicho en tanto discurso, como narrativa intolerante y violento expresan.

Sirva de ejemplo aquel pronunciamiento delirante expresado por una senadora por Aguascalientes, CHUYA_DIAZ, entre otros personajes de la derecha “…QUE…L0 LINCHEN L PENDEJO…QUE LO AGARREN A CHANGADAZOS Y QUE LE DEN CON TODO AL GUEY…”

Es tiempo del pueblo, de la soberanía nacional. No más DEMOS sin KRATOS, lo que ha pugnado por décadas y siglos la oligarquía representada por el conservadurismo mexicano.