A través de más de cuatro siglos y medio, se ha forjado el fervor y arraigo al Cristo Negro que descansa en el altar del Santuario Diocesano del Señor del Hospital, una imagen tallada de caña de maíz elaborada en el año de 1543 en Pátzcuaro, Michoacán, que de acuerdo a la historia, cambió el color de piel para no caer en manos de los españoles y que un Martes Santo de Cuaresma del año 1560 inclinó su cabeza sobre su costado derecho, tal y como si acabara de morir, gesto que fue tomado como señal de que había escogido a Salamanca como su eterna morada.
Con una longitud de 1.80 metros y un peso de 13 kilos, esta imagen representa al Cristo muerto en la cruz, tiene el rostro caído hacia su costado derecho y descansando sobre su pecho, su color enclaustra la esencia de fe que mueve a los miles de peregrinos que lo vienen a venerar durante la Semana Santa, principalmente el Jueves y Viernes Santo, sin embargo, cada Martes Santo se conmemora un aniversario más de su llegada a esta ciudad.
Por ello, el próximo 4 de abril, el Cristo Negro cumplirá 463 años en Salamanca, y como cada año en la Semana Mayor se espera el arribo hasta su nicho de miles de fieles que alentados por la fe peregrinan de otros municipios como Irapuato, Valle de Santiago, Juventino Rosas, Villagrán, Cortázar, así como de mismas comunidades locales.
Cada Martes Santo su solemne celebración eucarística es oficiada por el Obispo, acompañado hasta por 30 sacerdotes devotos del Señor del Hospital e invitados, además de los feligreses que asisten a escuchar la palabra de Dios en la Santa Misa.