El lunes de Jarritos es una de las tradiciones con mayor arraigo en el Pueblo Mágico de Jerez, Zacatecas.
El próximo ocho de abril, al finalizar la Feria de Primavera, miles de personas acudirán a los puestos de artesanías para comprar jarritos personalizados con el nombre de familiares y amigos, quienes luego los recibirán como obsequio.
La tradición inició en las primeras décadas del siglo pasado, cuando en las casas de la ciudad se contrataba a mujeres de comunidades rurales y ranchos cercanos para que realizaran las labores del hogar durante la Semana Santa, periodo que coincide con el tiempo de la feria municipal.
El cronista de Jerez, Miguel Berumen Félix recuerda que “las criaditas” – como entonces se les llamaba a estas trabajadoras- no recibían su paga hasta el lunes, último día de la feria, para así evitar que se regresaran antes de tiempo a sus comunidades.
“Ese día, ya con su pago, las criaditas salían a comprar jarritos para regalárselos a sus amistades y a sus familias (…) se les podía ver a todas ellas, ir por las calles con sus jarritos amarrados con mecates”, recuerda el cronista.
Los jarritos eran un regalo muy popular, pues eran piezas utilitarias –para beber atole o chocolate caliente- pero también como adorno en los muros de la cocina.
Familias de artesanos michoacanos que se instalaban en la feria, eran los encargados de elaborar y vender las piezas. Desde entonces se acostumbraba que con un pincel escribieran el nombre de la persona a la que se regalaría el jarrito.
Aunque el día de esta tradición es justo al finalizar la Feria de Primavera, los jarritos también pueden comprarse durante todo el año en el mercado municipal “Benito Juárez”, del centro histórico de Jerez, donde los comerciantes también personalizan cada pieza a petición del cliente.