A lo largo de 196 años de historia, la Feria Nacional de San Marcos ha sufrido varias transformaciones, que le han dado proyección internacional, convirtiéndola en la más grande e importante de México.

Sin embargo, durante estos casi dos siglos, no sólo se ha preservado aquellos rasgos que han definido su carácter cultura, sino que han incrementado su prestigio.

Como ejemplo, se encuentra el Premio de Poesía Aguascalientes, que nació con el nombre de Juegos Florales.

En este sentido, es importante definir que se trata de dos eventos distintos: la Feria de San Marcos, que surgió en 1828, con una vocación meramente comercial, teniendo como sede el antiguo Parián.

Al crecer en popularidad y visitantes, la feria se trasladó al Jardín de San Marcos, de donde adquirió el nombre, siendo conocida ya como La Función de San Marcos y la Fiesta de San Marcos. Así, adquirió otra identidad, pues ya no era sólo comercial, sino que tenía matices sociales y culturales. Así, en 1924, casi un siglo después de la creación de la festividad, se coronó a la primera Reina de la Feria, que fue Paz Romo de Vivar.

En el marco de esta verbena, en 1931 se crearon los Juegos Florales; un certamen literario que buscaba reconocer e incentivar el talento de los jóvenes escritores. Posteriormente, en 1968, cambian su nombre a Premio de Poesía Aguascalientes, gracias al impulso del maestro Víctor Sandoval.

Hasta la fecha el concurso es conocido con este nombre, y se han consolidado como uno de los premios más importantes de esta disciplina, en todo el país, contando entre sus ganadores a grandes exponentes como Juan Bañuelos, Desiderio Macías Silva y José Emilio Pacheco, por mencionar sólo algunos.

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