¿Cómo se ha visto "La muerte" desde la literatura mexicana? Estos autores nos cuentan todo

Hay algunas novelas que retratan el verdadero sentido de la celebración del Día de Muertos

Mariana Murillo / El Sol del Centro 

  · miércoles 30 de octubre de 2024

Juan Rulfo escribió Pedro Páramo y ¿No oyes ladrar los perros? | Cortesía

Ni de monstruos, brujas o posesiones; el Día de Muertos en México, trata de celebrar la vida de los seres queridos que se han ido, los que amaron, los que educaron, los que formaron y arroparon. Es una manifestación de la gratitud de los vivos, para todos ellos.

Es así como muchos autores mexicanos han retratado a la muerte, a través de varias novelas, cuentos y guiones de cine.

Pedro Páramo: Es una novela escrita por Juan Rulfo, en 1955. Relata la historia de Juan Preciado, uno hombre que llega al pueblo de Comala, para buscar a su padre, llamado Pedro Páramo. Es una historia, con figuras fantasmales que llevan al lector por un viaje a los pueblos antiguos, donde la tierra volaba junto con el viento, y donde los antepasados se hacen presentes, para guiar a los vivos.

¿No oyes ladrar los perros?: Es un cuento corto, también escrito por Juan Rulfo, en donde la muerte pesa, incluso antes que llegue. Un anciano lleva sobre sus hombros a su hijo Ignacio, que ha sido herido de gravedad por maleantes. Pese a su débil y cansado cuerpo, el anciano lleva a su hijo con la esperanza de llegar a Tonaya, el pueblo donde esperar encontrar un doctor para que saque adelante a su hijo. El diálogo es un constante reproche del padre al hijo, por su mala conducta, pero que en el fondo refleja el profundo dolor que le causa verlo sufrir. Pareciera que para el padre, la muerte de su hijo es, si bien muy dolorosa, también una liberación de su padecer.

La literatura mexicana se inspira, también, en las tradiciones de Día de Muertos | Cortesía / Secretaría de Cultura


Macario: Si bien, su autor no es mexicano, esta historia sí está inspirada en la cotidianidad de este país. Bruno Traven, de origen alemán, vivió gran parte de su vida en México, lo que lo inspiró a escribir Macario, la historia de un hombre agobiado por la pobreza y el hambre de su familia. En el fondo de su corazón, su anhela era comer un pavo, entero, sin compartirlo con nadie. Sin embargo, es a la muerte a quien le permite probar un poco de su manjar. ¿Por qué solo a ella le compartió?

¿Los has leído? ¿Conoces otra obra mexicana sobre la muerte?

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