Después del pozole, los tacos dorados, los tamales y las enchiladas que muchos saborearon durante las fiestas patrias, ¿qué mejor que disfrutar de un postre típico mexicano?: los dulces tradicionales.
Los dulces mexicanos son una combinación perfecta de ingredientes naturales, como la leche, miel, frutas, néctares, el cacao y frutos secos como la nuez, la almendra, el cacahuate y la avellana.
Y es que la mayoría de estas delicias están elaboradas de manera artesanal, con pocos ingredientes, por lo que contienen poco o nada de conservadores artificiales, y ofrecen un sabor sinigual. Entre los más populares, se encuentran las Cocadas, también conocidas como Greñudas, hechas de coco rallado, endulzado con miel o caramelo, y esencia de limón, naranja o chocolate, entre otros sabores.
Ate: Es una pulpa de frutas variadas, como la naranja y la fresa, aunque los más popualres son los de guayaba y membrillo.
Jamoncitos: Son pequeñas pastas hechas con leche, que suelen combinarse con otros frutos como la nuez, el cacahuate o el cacao.
Alegrías: Son barritas, tostadas o montecitos de amaranto, unido como caramelo o miel, que suelen enriquecerse con pasas, pepitas, nuez y arándano.
Palanqueta: Quizá sea uno de los dulces más sencillos, pero también de los más ricos. Esta es una barra de cacahuate, cubierta con miel de abeja; aunque también las elaboran con semillas o nueces.
Mazapán: Aunque su origen en español, en México son muy populares y los artesanos dulceros le han dado un toque especial que lo ha hecho muy mexicano. Es un compactado de cacahuate molido con azúcar y mezclado con huevo. Actualmente, le han adicionado otros ingredientes para ampliar la variedad, como café, guayaba y nuez.
La variedad es vasta, pues también se encuentra el Alfajor, Frutas Cristalizadas, Queso de Tuna, Merengues, Obleas Rellenas, Muéganos, Cajetas, las Glorias, los Muéganos y los Camotillos.
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