El Fantasma del Jardín de San Marcos

Dicen por ahí que Don Felipe Rey se pasea por los corredores del Jardín, cuidando que nadie se lleve su tesoro

Mariana Murillo | El Sol del Centro

  · jueves 26 de octubre de 2023

El Fantasma se aparece para cuidar su tesoro | Cortesía | Archivo Histórico Municipal

¿Te atreverías a buscar el tesoro?

El Jardín de San Marcos es uno de los sitios emblemáticos y de mayor tradición en Aguascalientes, no sólo por la belleza de su balaustrada y sus jardineras, sino también por la historia que posee. Una de esas narraciones es la Leyenda del Fantasma en el Jardín, que cuenta la tragedia que vivió Don Felipe Rey.

Se dice que este hombre llegó a la ciudad de Aguascalientes a mitad del siglo XIX, avecinándose en el Barrio de San Marcos. Con el propósito de hacerse prosperar, puso una tienda de abarrotes justo frente al Jardín.

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La tiendita de Don Felipe era tan socorrida, que rápidamente vio crecer su fortuna, lo que le permitió construir una gran casa para su familia en la calle Flora, y aún quedó una buena cantidad de dinero.

Desconfiado, pensaba que, en cualquier momento, podría alguno maleante robarle sus riquezas, por lo que decidió esconderla muy bien, y no se le ocurrió otra cosa mejor, que depositarla en una caja de hierro y enterrarla en su adorado Jardín de San Marcos. Eligió un fresno, ubicado en la esquina nororiente.

Se dice que lo enterró bajo un fresno, en la esquina nororiente del Jardín | Cortesía | Archivo Histórico Municipal

Con la intención de cuidar su preciado tesoro, acostumbraba reunirse con sus amigos en el Jardín, para charlas y pasar una tarde de juegos. Desafortunadamente, en una ocasión, se suscitó un pleito entre los jugadores, ya que uno de ellos había hecho trampa en la apuesta. El resultado fue un muerto y algunos heridos. Al llegar la policía, capturó a varios de los presentes, entre ellos Don Felipe. La situación le causó tal angustia que enfermó gravemente.

Con la esperanza de recuperarse, ofreció a la Virgen del Pueblito, una misa, y el favor le fue concedido. Sin embargo, ya repuesto, Don Felipe no hacía otra cosa que ir todos los días a cuidar su tesoro. La fatiga afectó su salud y nuevamente enfermó, pero en esa ocasión, ya no pudo sanar y murió, sin poder rescatar su riqueza ni decirle a alguien en dónde se encontraba.

Dicen que, desde entonces, el espíritu de Don Felipe deambula por el Jardín de San Marcos, para cuidar su fortuna y para presentarse en la iglesia, ante la Virgen del Pueblito.

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