Justo en el punto de unión entre la avenida Aguascalientes Poniente y la calle Pedro García Rojas, se puede observar uno de los símbolos del progreso y el desarrollo de Aguascalientes, en las primeras décadas del siglo XX.
Se trata del horno de ladrillo que formó parte del complejo de la Gran Fundición Mexicana, establecida en Aguascalientes.
Ésta es la base de una de las siete chimeneas que había en la fundidora, que era propiedad de Salomón Guggenheim.
Se dice que era una de las más importantes de toda la República Mexicana, no sólo por su gran extensión, sino también por los modernos recursos con que operaba, pues fue de las primeras en funcionar con energía eléctrica, en México.
El espacio que ocupó esta industria en Aguascalientes era tan grande, que cubría lo que hoy son los fraccionamientos Las Brisas, Los Sauces, San Cayetano y, por supuesto, el fraccionamiento Fundición. Anteriormente, este territorio era conocido como el Rancho El Sillero. La mayoría de estos fraccionamientos fueron construidos en los años setenta y ochenta.
Luego del cierre de la fundidora, Salomón Guggenheim se convertiría en fundador de los renombrados museos que llevan su apellido, con sede en las ciudades de Bilbao, Venecia y Nueva York.
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