En ofrendas, coronas y ornamentos del Día de Muertos, destaca por su belleza y su vibrante color, la flor de Cempasúchil.
Es originaria de México, por lo que además de ser la flor más representativa de esta celebración, es también un referente de nuestra cultura y folclor ante el mundo.
Su vínculo con esta temporada, tiene su origen en tiempos prehispánicos, cuando nuestros colocaban las ofrendas a sus muertos, con elementos simbólicos; entre ellos, uno que guiará su camino de regreso del otro mundo a éste. Ya que esta flor tenía un color similar al del sol, y la luz guiaba el andar de los espíritus, fue elegida para embellecer dichas ofrendas.
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Su nombre proviene del vocablo náhuatl Cempohualxchitl, derivado en cempoal, que significa veinte o muchos, y de xóchitl, que significa flor; por lo que es conocida, también, como la flor de muchos pétalos.
Ya que México es el país de origen del Cempasúchil, se pueden encontrar más de 30 especies de esta flor.
Y es que, además de su belleza natural, esta flor no es de algo requerimiento hídrico, por lo que su cultivo se facilita en regiones donde el agua no es abundante. También se dice que tiene propiedades curativas, por lo que se usa para aliviar náuseas, vómito o diarrea.
Los principales productores, en el país, son los estados de Guanajuato, Estado de México, Tlaxcala, Michoacán e Hidalgo.
En Aguascalientes, se encuentran varios campos de cultivos hacia el norte del estado, en el municipio de Jesús María.
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