Aunque las actividades que se llevan a cabo en las Unidades de Exploración Artística se han suspendido de manera temporal, a causa de la contingencia sanitaria por el Covid-19, el talento de los pequeñitos sigue dando frutos.
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Y es que aún en casita, tiene la oportunidad de echar a volar su imaginación y crear nuevas historias, donde sus animales, lugares, personas y objetos favoritos se convierten en los principales actores.
EL NIÑO MURCIÉLAGO
POR: ANDRÉ, 13 AÑOS
Había una vez una princesa llamada Sofía, que tenía un hermano príncipe llamado Cris, y unos papás reyes que siempre estaban muy tristes por un secreto que ocultaban.
Sofía y Cris siempre jugaban en el Palacio Real; jugaban tanto que un día se hizo de noche y ellos seguían jugando en el jardín, cuando de repente se les apareció un pequeño murciélago. Ellos al verlo se asustaron y empezaron a correr. El murciélago los siguió y les dijo -Hola, Sofí y Cri- Al escuchar su voz voltearon a verlo y se quedaron sin poder moverse de la impresión.
Con un poco de miedo Sofí le preguntó al murciélago -¿Puedes hablar?- El murciélago contestó -Claro, ya me escucharon-.
Cris: Pero eres un murciélago, los animales no hablan.
Murciélago: Es que soy un murciélago encantado.
Sofí: ¿Qué??????
Cris: ¿Quién te encantó? ¿Cuándo vas a ser un murciélago normal?
Murciélago: Les tengo contar toda la historia…
Murciélago les contó que hace tiempo él era un niño, pero una hechicera lo había convertido en murciélago y que cuando él se dio cuenta se escondió en el jardín de su casa y solo salía en las noches para ver a su familia.
Cris y Sofía, se dieron cuenta de que él era su hermano y sus papás estaban tristes por ese secreto. Los niños, junto con el murciélago, fueron corriendo a contarles todo a sus papás. Al principio ellos no les creyeron, pero el pequeño animalito, que realmente era niño, los convenció cuando les contó toda la historia.
Lo llevaron con varios hechiceros, pero ninguno pudo quitarle lo encantado; así que decidieron cambiar su vida para convivir en familia. Todos dormían por las mañanas y por la noche convivían.
Murciélago, aunque siempre se quedó encantado, fue feliz porque ya no se sintió solo.
Colorín colorado, que este cuento se acabado.
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