En el taller de Literatura de las Unidades de Exploración Artística (UEA’s) del Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura (IMAC), los niños pueden echar a volar su imaginación, al tiempo que aprender y desarrollan su talento. Un claro ejemplo es el cuento escrito por Andrea, alumna de la Escuela Primaria 15 de Septiembre, quien con sólo 11 años demuestra que además de su creatividad y habilidad para escribir, la literatura también le brinda la oportunidad de crear sus propios libros con material reciclado. Esta es una excelente idea para poner en práctica en familia, durante esta contingencia sanitaria.
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LA GATITA A LA QUE LE GUSTA LEER
Había una vez una gatita que le gustaba mucho la lectura. Su cuarto estaba lleno de libros, siempre estaba leyendo, y cada semana su mamá le compraba un libro nuevo. Pero un día, la mamá de la gatita no pudo comprarle sus libros porque tenía muchos gastos y le dijo a su hija – hijita no podré comprarte más libros hasta el año que viene – y la gatita se puso muy triste.
Esa misma noche empacó sus cosas y huyó de su casa para buscar una manera de conseguir libros. Cuando amaneció, la gatita tenía mucha hambre porque no había cenado; estaba pensando qué hacer para conseguir comida, cuando escuchó una voz. La gatita fue siguiéndola, y cada vez se oía más y más fuerte.
Cuando por fin llegó al lugar de donde venía la voz, se dio cuenta que era una tortuga leyendo, y la gatita le preguntó –señora tortuga. ¿en dónde compró ese libro tan bonito?- y la tortuga le contestó -yo no compro mis libros, yo los hago- y la gatita preguntó – pero ¿cómo?- La señora tortuga le dijo -con hojas recicladas y yo me invento las letras-
La gatita se despidió y se fue corriendo a su casa; al llegar su mamá la recibió con un abrazo y la gatita le contó lo que había pasado.
Desde ese día, la gatita escribe libros, los vende y compra más; porque a esa gatita le gusta mucho leer.