La construcción de la Estación del Ferrocarril en Aguascalientes data de finales del siglo XIX, sin embargo, el auge y relevancia histórica llegó hasta las primeras décadas del siglo XX.
Para el año 1930, el Jardín de la Estación, donde se paseaban los pasajeros del tren mientras esperaban que llegara la máquina que los llevaría a su destino, y también aquellos que no viajaban, pero que se deleitaban con el paso del tren y el sonido del silbato que anunciaba su llegada.
Para sentarse a descansar y disfrutar del entorno, se construyeron unas bancas que estaban hechas a base de concreto, pero su decoración las convirtió, hasta hoy en día, en un emblema del espacio y de la época.
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La ornamentación consistió en un recubrimiento con pequeños trozos de mosaico. Se basaba en una técnica variante del mosaico, conocida como trencadis, que usaba cerámica rota para formar lienzos o figuras.
Hasta la fecha es posible apreciar nombres como La Gardenia, Sombrerería Dávila, Harinera de Aguascalientes, Cervecería de Chihuahua, Techo Eterno Eureka S.A., Vidriera Monterrey S.A., Las Fábricas de Francia, Jabonera del Centro, Antonio Oviedo y Vicente Rocha, por mencionar sólo algunos.
Esto se debe a que la hechura de estas baquitas fue patrocinada por ciudadanos y empresas aguascalentenses; y, como señal de reconocimiento y gratitud, cada banca llevó el nombre de su patrocinador.
Hace poco más de 20 años, con la remodelación de la Antigua Estación y su adecuación como Parque público, tanto las bancas como los macetones, las jardineras y las fuentes, fueron embellecidas, para preservar la historia y esencia de este lugar.
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