Como un recurso didáctico, divertido, pero que también perpetúa la riqueza de la tradición mexicana, es que nacieron las Calaveritas Literarias.
Son textos breves, compuestos con elementos satíricos o chuscos, para referirse a una persona, en relación con la figura de la muerte o la calaca.
Como la mayoría de las costumbres festivas que distinguen la cultura mexicana, la composición de estos divertidos textos, son una mezcla de prácticas españolas y el ingenio de los mexicanos.
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Las Calaveritas Literarias fueron creadas en el siglo XVIII, por un religioso de la orden de los franciscanos, de nombre Joaquín Bolaños, quien escribió unos versos satíricos dedicados a un médico, que fueron incluidos en su libro titulado “La Portentosa Vida de la Muerte”, en el año 1792. Se trataba de un epitafio, en las que destaca cualidades del fallecido médico, pero de una manera chusca.
Sin embargo, este género escrito se hizo mayormente popular hasta el siglo XIX, cuando se retomó para criticar a los grupos sociales más elevados, por querer imitar el modo de vida de la aristocracia europea.
Posteriormente, artistas, académicos y escritores, adoptaron el formato como una expresión más de la cultura y de su arte. Un claro ejemplo, es el texto titulado Calavera Garbancera, creado por él más que reconocido, José Guadalupe Posada, para acompañar a su obra gráfica.
Actualmente, es uno de los recursos más utilizados para preservar las tradiciones mexicanas que se celebran en torno al Día de Muertos.
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