Aquel 24 de noviembre de 1991, el mundo entero se estremeció con la noticia de la muerte de una de las figuras rock más fascinantes de todos los tiempos.
Para siempre, el corazón de Farrokh Bulsara, mejor conocido como Freddie Mercury, se había detenido. Su cuerpo se había debilitado al extremo a causa del SIDA con el que fue diagnosticado en 1987.
Sin embargo, pareciera que la propia muerte le daría vida para la posteridad, pues se convirtió en una leyenda del rock.
Pero ¿por qué Freddie se convirtió en un ícono mundial?
En primer lugar, se dice que su registro vocal no tenía, ni ha tenido a la fecha, comparación. Identificado como barítono; no obstante, alcanzaba el rango de tenor. Por mucho tiempo se dijo que había nacido con un don especial, pues era capaz de hacer vibrar sus cuerdas vocales de tal manera, que lograba emitir sonidos que no son posibles para la mayoría de los seres humanos. Por otro lado, hay quienes aseguran que, si bien, nació con una voz privilegiada, su gran capacidad no fue totalmente producto de la naturaleza, sino de un arduo trabajo por entrenar su voz.
Por si esto fuera poco, su desenvolvimiento en el escenario era enérgico, enigmático y fuera de serie; nada parecido a otras estrellas de rock de la época.
Sus canciones también son parte de la atmósfera que elevó a Mercury al grado de leyenda, pues lo mismo podía crear e interpretar temas llenos de romanticismo, como otros nostálgicos y misteriosos.
Entre sus temas más emblemáticos de encuentran Love Of May Life, We Are The Chammpions, Don't Stop Me Now, Another One Bites The Dust, The Show Must Go On y la que se convirtió en su sello, Bhoemian Rhapsody.
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