Sin duda alguna, uno de los referentes del arte y la cultura mexicana ante el mundo, es la obra de José Guadalupe Posada.

Su legado ha sido visualizado, estudiado y reconocido en éste y otros países, pues su obra se basó siempre, en una crítica y un análisis de la sociedad, que permanecen vigentes hoy en día.

Por muchos es sabido que Posada nació en Aguascalientes, pero quizá, no cuál fue la finca en donde su llanto se escuchó por primera vez.

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Se trata de una casita ubicada en el Barrio de San Marcos, en la que, entonces, se conocía como la Calle Los Ángeles. Hoy lleva el nombre del artífice de la Calavera Garbancera, y hace esquina con la calle Manuel M. Ponce.

José Guadalupe Posada nació en este lugar el 02 de febrero de 1852 y fue bautizado dos días después, en la Catedral Basílica, que en aquel tiempo se conocía como templo de la Virgen de la Asunción. Lo llevaron su madre, la señora Petra Aguilar y su padre, de nombre Germán Posada, que tenía el oficio de panadero.

En esta ciudad inició sus estudios de arte, en la Academia Municipal de Dibujo. Sin embargo, solo llegaría a cumplir 20 años antes de emigrar, para nunca más volver. Con esta edad llegó a León, donde trabajó como profesor de litografía y abrió su primer taller. También fue en León, Guanajuato, donde conoció a la que sería su esposa, María de Jesús.

No obstante, la mayor parte de su carrera como ilustrador, grabador y caricaturista, la desarrolló en Ciudad de México.

En varias ocasiones, la finca donde nació el ilustre grabador, en Aguascalientes, ha sido objeto de interés para historiadores, inversionistas y hasta para autoridades gubernamentales, con el propósito de hacer un museo de sitio; sin embargo, no ha sido posible adquirirlo y, actualmente, se encuentra deshabitada.

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