Tomás Urtusástegui falleció la madrugada de este jueves

El dramaturgo mexicano nos enseñó que nunca es tarde para comenzar a vivir los sueños y hacer de ellos, una forma de vida plena y apasionada

Mariana Murillo | El Sol del Centro

  · jueves 9 de abril de 2020

Twitter | @CulturaUNAM

Nunca es tarde para comenzar a vivir los sueños y hacer de ellos, una forma de vida plena y apasionada.

Entre muchas otras, quizá sea ésta, una de las más grandes enseñanzas que dejó Tomás Urtusástegui, dramaturgo mexicano galardonado con la máxima presea que se puede otorgar a un dramaturgo en México: el Premio Nacional de Dramaturgia “Juan Ruiz de Alarcón”, entre muchos otros reconocimientos.

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Y no es que de su boca hayan salido esas palabras, sino que se convirtió en el discurso vivo de este aprendizaje, pues fue a la edad de 50 años, que comenzó a labrar su trayectoria y legado en el teatro.

Médico de profesión, ejerció hasta que llegó su jubilación en el año 1994. Posteriormente, colaboró en el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y aprendió todo lo que pudo sobre el teatro, con cursos bajo las instrucciones de otros artistas como Hugo Argüelles y Vicente Leñero.

En su vasto trabajo, que se compone de más de 300 obras, se encuentran “Sangre de mi sangre”, “Vida, estamos en paz”, “Y retiemble en sus centros la tierra”, “Cupo limitado”, “El fabricante de nubes”, “A siete columnas” y “Huele a gas”.

De forma particular, en Aguascalientes, talentosas actrices del Centro de Formación Actoral Al Trote, presentaron en distintos escenarios del estado, la obra “Princesas Desesperadas”, con más de 50 funciones desde el año 2010 hasta la fecha.

Cortesía | El Occidental

La madrugada de este miércoles 09 de abril, Urtusástegui dejó de existir, a la edad de 87 años.

Para honrarle, queda su prolífica trayectoria, pero sobre todo, su dedicación y amor por el teatro, donde pasó las últimas décadas de su vida.