La ciudad de Zacatecas fue fundada el 8 de septiembre de 1546, tras el descubrimiento de minas de plata, lo que le dio el nombre de Real de Minas de Nuestra Señora de los Zacatecas; su riqueza mineral otorgó grandes ingresos a la Corona Española, por lo que el rey Felipe II de España, le brindó los títulos “Muy noble y muy leal ciudad de Zacatecas”. Gracias a su posición estratégica y a los beneficios de su extracción de plata, llegó a ser considerada la segunda ciudad más importante de la Nueva España.
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A principios del Siglo XX, la ciudad se convirtió en escenario de la Revolución Mexicana y con ello se desencadenó la Toma de Zacatecas, librada el 23 de junio de 1914, cuando las fuerzas de Francisco Villa combatieron contra el ejército de Victoriano Huerta, lo que despejó el camino del ejército de la División del Norte hacia la Ciudad de México.
Como antecedentes a este suceso histórico, se conoce que la población se divertía en las corridas de toros, en el circo o en festividades religiosas, quienes pertenecían a la clase alta asistían a veladas literarias, musicales y a representaciones de teatro, sin embargo, la gran lucha impactó en la vida cotidiana de los pobladores, ya que propició migración, falta de empleos e interrupción de las comunicaciones.
El comercio de aquella ciudad también se determinaba con la producción de frijol, chile seco, avena forrajera, durazno, tuna, guayaba, cebolla, ajo, zanahoria y jitomate, además de que se dedicaban al ganado bovino.
Antes de este hecho, considerado uno de los más sangrientos de la lucha mexicana, Zacatecas era una plaza importante para el país, ya que sus yacimientos la convirtieron en una de las principales productoras de plata de la República Mexicana.
Las tropas villistas tomaron posesión de la Bufa y del Grillo y tras su paso acabaron con todos los soldados federales; al llegar a uno de los edificios del centro de la ciudad, un soldado del ejército de Huerta hizo explotar el sitio, dejando como saldo decenas de víctimas de ambos bandos.
Entre los acontecimientos destaca la destrucción del Palacio Federal, que fue dinamitado y generó la muerte de 300 civiles, aproximadamente, además de los destrozos en edificios aledaños.
La batalla estaba perdida para las fuerzas federales, por lo que Villa ordenó a su tropa detenerse, ya que el haberse consumado la derrota de la tropa federal, el ejército Constitucionalista obtuvo el paso libre para dirigirse a la ciudad capital y con ello establecer el orden del país.