En un evento de gran magnitud como es el Maratón Guadalupano, carrera organizada por El Sol del Centro, los ánimos y buenas vibras para los competidores son de suma importancia para que a pesar de las adversidades como el cansancio, los corredores puedan llegar a la meta.
La señora Socorro, es una de las cientos de personas que acuden cada 12 de diciembre a las principales calles de la ciudad por donde los corredores pasan, situación que es aprovechada para enviar ánimos a los participantes. A pesar de que Socorro no puede correr debido a una lesión en la espalda, no se pierde la carrera pues recuerda que su papá fue quien le contagió esa costumbre. Lamentablemente su padre falleció a consecuencia de la pandemia por Covid-19, sin embargo, a manera de recuerdo ella desde que se retomó la competencia ha estado presente y lo seguirá para mantener viva la tradición familiar.
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Incluso durante el año pasado y en esta próxima edición, llevará a sus hijos para que también se sumen a apoyar a los corredores, esperando que incluso en un futuro sus hijos puedan participan en la tradicional carrera.
Recuerda, que al vivir sobre la calle Petróleos Mexicanos, cada 12 de diciembre durante más de 10 años, pudo ver la carrera, pues incluso su papá aun estando en sillas de ruedas le pedía que lo sacara para ver a los corredores.
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“Mi papá me pedía que lo pusiera afuera de la casa para que pudiera ver el paso de los corredores y desde entonces me gustó. Aunque mi papá ya no está conmigo, el hecho de observar la carrera me trae buenos recuerdos por lo que lo seguiré haciendo como a él le gustaría” expresó
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