De manera sorpresiva, la máxima goleadora de las Centellas, Fanny Grano, anunció mediante sus redes sociales la decisión más difícil en el ámbito deportivo, decir adiós a la institución que la vio crecer. Con 130 juegos disputados, la defensa se convirtió en figura del equipo siendo incluso capitán y marcando un total de 12 dianas con la playera del Necaxa femenil.
No obstante, algunas diferencias con el ahora ex técnico Jorge Gómez, la orillaron a pasar de ser titular al banquillo, teniendo poca participación en el torneo que concluyó. Su salida aunque no sorprende luego de que no realizara trabajos de pretemporada, deja un vació en la institución al tratarse de un referente en las Centellas.
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"Me voy mi Rayo y no precisamente porque yo así lo quiera", expresó Grano en sus palabras de despedida. La carta revela la dualidad de emociones que experimentó durante su tiempo en Centellas: la felicidad por los momentos de triunfo, tristeza por las dificultades, enojo por las adversidades y risas compartidas con sus compañeras de equipo.
En su carta, la defensora también se dirige al fútbol con una disculpa sincera. Lamenta cómo algunas personas pueden aprovecharse de este hermoso deporte para sus propios intereses, manchando su pureza y generando coraje e impotencia. Este gesto refleja no solo su amor por el juego, sino también su conciencia sobre los desafíos y desigualdades que a veces lo rodean.
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El reconocimiento de Grano como la máxima goleadora con la camiseta del club es un logro que trasciende los números en la cancha. Su compromiso y entrega, ya sea con o sin gafete de capitana, la distinguen como una jugadora que siempre buscó dar lo mejor de sí misma dentro y fuera del campo. A pesar de no alcanzar la satisfacción plena, Grano se despide con orgullo y agradecimiento hacia la institución que la vio brillar.
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