En un gesto de agradecimiento y devoción, Raúl Moreno se embarcará en una emocionante travesía al correr los 13 kilómetros del Maratón Guadalupano. Este compromiso surge como respuesta a los favores que la Virgen de Guadalupe ha otorgado a sus familiares y a él mismo a lo largo del año.

La historia de Raúl adquiere un matiz especial al considerar que su padre, por más de 30 años, fue un participante ininterrumpido en esta emblemática competencia. Sin embargo, debido a problemas de salud, este año no podrá unirse a la carrera que ha sido una tradición en su vida.

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Raúl, a modo de manda y como testimonio de gratitud, se encuentra en ardua preparación para enfrentar el reto de los 13 kilómetros. Su motivación va más allá de la competencia; es un acto de fe, un compromiso personal con la Virgen de Guadalupe y una manera de honrar la legendaria participación de su padre en el evento.

"Es una sensación de emoción total", compartió Raúl. "Por mi papá, que durante toda su vida ha corrido el Maratón, y ahora que por cuestiones de salud no podrá, me toca a mí no fallarle a la Virgen. Es una manda que le tenemos que pagar cada 12 de diciembre". Señaló.

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El Maratón Guadalupano no es solo una carrera, sino una conexión profunda con la fe y la historia personal de Raúl. Después de cruzar la meta, su siguiente destino será el templo de Guadalupe, donde expresará su gratitud y renovará su compromiso espiritual.

Esta historia resalta la tradición, el compromiso familiar y la devoción a la Virgen de Guadalupe que trascienden generaciones. Raúl Moreno se convierte así en un portador de esa llama, llevando consigo no solo las zapatillas de correr, sino también la fe y el agradecimiento de toda una familia.

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