El novillero celayense Enrique de Ayala, según se reporta, ha estado metido de lleno en el campo bravo nacional, concretamente en las ganaderías de Claudio Huerta, El Garambullo, San Maximiano y La Victoria, casas en las que llegó a probar y medirse con alrededor de 15 vacas y torear a puerta cerrada seis toros de respetable presencia.
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Cabe señalar que a pesar de que estuvo varios meses sin verle la cara al toro por la situación que estamos viviendo por la pandemia del Covid-19, al espada guanajuatense se le ha visto renovado, con muchas ganas de estar en lo suyo y, sobre todo, se le ha visto, de acuerdo con lo que se menciona de él, más que solvente en el desarrollo y exposición de su tauromaquia, además de haber disfrutado de la calidad de todos los ejemplares que ha lidiado.
Además, se informa que el pasado sábado 15 de agosto toreó un festival en el cortijo “Los Robles” de Aguascalientes, donde tuvo una destacada actuación, al cortar las orejas a un novillo de la dehesa estatal de San Isidro. Luego, fue invitado nuevamente el pasado sábado 19 del mes en curso, al mismo cortijo acalitense, donde refrendó su triunfo al obtener otros dos apéndices tras una buena faena ejecutada a un ejemplar de la divisa jalisciense de Rosas Viejas.
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De esta manera, Enrique de Ayala está a la espera de que la actividad taurina se normalice y por ello no pierde la esperanza de que pronto tenga la oportunidad de enfundarse el traje de luces en una plaza de toros. ¡Enhorabuena y suerte matador!
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