El reciente sábado 24 del mes en curso, el destacado novillero lagunero Arturo Gilio, tras reponerse durante dos semanas, con reposo absoluto, de las lesiones que sufrió en el cuello y en la nariz al estar tentando en el campo bravo, además de otra para realizar su rehabilitación, y ponerse a tono físicamente y haciendo toreo de salón, retornó a su actividad en los tentaderos.
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Ello sucedió en el rancho las Trojes, ubicado en el municipio de Lagos de Moreno, Jalisco, entidad en la que está enclavada la ganadería de Villa Carmela, casa de la divisa en negro, gualda y grana, propiedad de don Eduardo Arenas Barroso.
Fueron entonces cuatro vacas de muy buena nota, las sinodales para que Arturo se probara nuevamente con un astado bravo y la verdad, quienes lo vieron confirmaron que el torero tiene más que claro su objetivo y que los recientes 24 días de inactividad sólo lograron acrecentar su afición y su convicción taurina.
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Se dice que cuajó faenas llenas de expresión, valor y torerismo, estructurando trasteos variadas y acordes a las condiciones de cada una de las vacas.
De esta manera, Arturo inició su alistamiento ya que tiene por torear el próximo sábado 5 de diciembre en el cortijo “Campo Bravo” de San Juan del Río, Querétaro, dentro del “Encuentro Mundial de Novilleros”. En tanto, Gilio seguirá metido de lleno en algunas ganaderías del país mientras llega la fecha señalada para su esperada reaparición vestido de luces. ¡Enhorabuena y suerte matador!
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