Luego de que don Romárico González, hijo de don Wiliulfo, se hiciera cargo de la ganadería de Piedras Negras desde1941 al fallecer su padre, el amigo y colega Eduardo Castillo, en su obra “Nuestro Toro”, nos indica que en el verano de 1952 don Raúl González se fue a España acompañando al matador tlaxcalteca Jorge “Ranchero” Aguilar en su confirmación de alternativa en Madrid, a su regreso a México y por instrucciones de su señora madre, doña Delfina González viuda de González, tomó las riendas de la divisa piedranegrina, en tanto que su hermano, don Romárico, se quedó al frente de la dehesa de La Laguna.
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“Así, debuta don Raúl manejando Piedras Negras, con sus listones en negro y rojo, en la Monumental Plaza México el domingo 14 de marzo de 1954 en un cartel que anunció a Rafael Rodríguez ‘El Volcán de Aguascalientes’, el español Julio Aparicio y Jorge ‘Ranchero’ Aguilar. Dicha tarde fue muy afortunada, pues Rodríguez cortó tres orejas y un rabo a los toros ‘Rondero’ y ‘Mercillero’ y, el diestro madrileño le cortó los máximos apéndices al corrido en el lugar de honor, el quinto, de nombre ‘Trapero’.
En la siguiente temporada de novilladas, en el mes de agosto, se lidiaron en la Monumental de Insurgentes dos novilladas que fueron trascendentales tanto para la ganadería tlaxcalteca como para los entonces novilleros Joselito Huerta ‘El León de Tetela’, quien la tarde del 15 le cortó las orejas a ‘Licorero’ y una a ‘Cofrero’ y, el día 29, Amado Ramírez ‘El Loco’ le ‘tumbó’ el rabo a ‘Leñador’ en una tarde que quedó escrita con ‘letras de oro’ en la historia de la gran plaza del país.
Vino entonces la Temporada Grande y a ella mandó don Raúl una extraordinaria corrida de toros el mes de febrero de 1955, en la que se le concedió arrastre lento a ‘Pasajero’ y una muy ovacionada vuelta al ruedo a los retos de ‘Vajillero’.
En los posteriores años de 1956 y 1957 no podía faltar un encierro de Piedras Negras en el coso de Insurgentes, campañas de las que se recuerdan triunfos sonoros como el de Joselito Huerta con ‘Talismán’, Juan Silveti con ‘Guitarrista’, Manuel Capetillo con ‘Recluta’ y el ibérico Miguel Báez ‘Litri’ con ‘Dancero’.
El año de 1964, concretamente el 2 de febrero, quedó bien grabado en el recuerdo de la afición, cuando el rejoneador andaluz don Álvaro Domecq se encontró en el mismo escenario con ‘Trapero’, un toro bravísimo y con mucha casta, para lograr una gran faena que mereció las orejas y la vuelta al ruedo del astado, siendo esa misma tarde que el toro ‘Morralito’ mereciera los mismos honores tras ser lidiado a pie por Emilio Rodríguez.
Uno de sus más grandes éxitos como criador de reses bravas sería el 20 de abril de 1969 cuando el famoso diestro Curro Rivera se encontró con el extraordinario cárdeno claro ‘Soy de Seda’, al que le cortó las orejas y el rabo. En dicha tarde, Mauro Liceaga con ‘Abejorro’ se llevó las orejas y Manolo Espinosa ‘Armilla’ a ‘Alamar’ le cortó un apéndice.
De la misma manera, Piedras Negras cosechó grandes triunfos en todas las plazas a lo largo y ancho del país. Por desgracia, en 1973, fallece la madre de don Raúl, doña Delfina, por lo que la hacienda ya pasa a su propiedad.
Uno de los recientes triunfos de la divisa tlaxcalteca en la Monumental Plaza México fue la tarde del 21 de marzo de 1982 cuando Mariano Ramos realizó inolvidable y poderosa faena al bravo y encastado ‘Timbalero’, un toro que se recuerda como de los más complicados y al que el torero charro dominó con maestría de los grandes, apreciándose todo su poderío, siendo un gran orgullo de este ganadero, quien lamentablemente dejó de existir el 4 de junio de 1997 dejando una honda huella en todos aquellos que lo conocieron y definitivamente marcó una época en la ganadería brava mexicana. Ahora, en manos de su hijo Marco Antonio González Villa, heredero de la afición que sostiene en alto los colores de su célebre divisa.
Por su parte, don Carlos González formó en 1907 con su parte de Piedras Negras, la dehesa de Coaxamaluca en una fracción de la misma hacienda. En 1908, don Romárico forma La Laguna con los toros de Tepeyahualco y un semental de Ibarra y con la otra fracción don Aurelio Carvajal fundó Zotoluca y en 1924 Rancho Seco por doña Beatriz González de Hernández y Zacatepec por doña Ana Cristina González de Muñoz”.
En nuestra siguiente entrega tocaremos la historia de la afamada familia Llaguno, otras de las cuatro estirpes ganaderas que le dieron sustentación a la crianza del toro bravo en el país.
EL DATO...
Don Raúl González de manera definitiva marcó una época en la ganadería brava mexicana, estando el frente de la afamada dehesa de Piedras Negras
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