Hablar de la dinastía “Armillita” significa hablar de historia, puesto que en este apodo se encuentra una de las familias más importantes del toreo a nivel mundial, sobresaliendo por sus grandes logros en cuatro generaciones distintas.
Esta dinastía inició a finales del siglo XIX y es que fue en esta época donde Fermín Espinoza Orozco plantaría la primera semilla de que a la postre se convertiría en una aventura digna de contar.
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Espinoza Orozco arrancó su carrera taurina como novillero, tal y como lo hizo su hermano Pedro, sin embargo, no pudo tomar la alternativa y siguió como banderillero y peón de brega. El apodo “Armillita” le fue impuesto por el matador español Saturnino Frutos, quien le encontró parecido con Esteban Arguelles, a quien también conocían con este mote.
Espinoza Orozco procreo cuatro hijos: José, Zenaido, Juan y Fermín Espinoza Saucedo, este último fue el más chico del cuarteto y más dotado de toda la familia, ya que se le pudo ver una intuición espectacular desde los tres años y pudo iniciar cerca de los 16.
Fermín Espinoza Saucedo se presentó por primera vez como becerrista, en el toreo de la Condesa de la Ciudad de México, el 1 de agosto de 1924, cuando apenas tenía 13 años edad, por lo que fue apodado como “El Niño Sabio del Toreo”. Asimismo, el 18 de julio de 1923, logró su primera presentación como novillero, en una tarde que alternó junto a Julián Pastor y Edmundo Maldonado “El Tato”.
Uno de sus más grandes logros lo alcanzó el 23 de octubre de 1927, luego de que tomó la alternativa con el toro “Maromero”, teniendo como padrino a Antonio Posada y de testigo a Pepe Ortiz, situación que lo consagró como el torero más joven en la historia de México.
El también apodado “Armillita chico” se retiró en Saltillo, Coahuila, tras alternar con Lorenzo Garza y Silverio Pérez, dentro de un festival organizado para recaudar fondos y construir escuelas municipales.
Si bien, Espinoza Saucedo fue uno de los mejores toreros de la historia a nivel internacional, también dejó un legado memorable con sus tres hijos: Víctor Manuel Espinoza Acuña, Miguel Espinoza Menéndez y Fermín Espinoza Menéndez.
En el caso de Víctor Manuel, este fue uno de los toreros más destacados de México, aunque fue ganadero y arquitecto de profesión. Por su parte, Miguel destacó por participar en más de mil corridas y confirmar su alternativa en Las Ventas de Madrid. En tanto, Fermín Espinoza Menéndez es conocido como “El Maestro de Saltillo”, brilló en Aguascalientes al tomar la alternativa en 1974 y se le recuerda por sus innumerables faenas en el ruedo.
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Fue del “Maestro de Saltillo” de donde salió Fermín Espinoza Díaz de León, el último de la dinastía hasta este momento y también apodado “Armillita IV”, tras ser la cuarta generación con el nombre de Fermín.
Armillita IV poco a poco se ha ganado la confianza de los aficionados, y es que, a pesar de contar con una responsabilidad importante, ha podido mostrar un estilo propio, mismo en el que aún trabaja para dejar grabada su historia, tal y como lo hicieron sus antecesores.
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