La Fiesta de los Toros a nivel nacional no acababa de digerir la sensible pérdida del reconocido ganadero de Huichapan, don Adolfo Lugo Verduzco, cuando este viernes 21 de enero de 2022, alrededor de las 03.30 horas, se dio otro lamentable fallecimiento, la del matador de toros Raúl García, a los 85 años de edad, acaecido en la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de la unidad habitacional de Santiago Tlatelolco, en la Ciudad de México, luego de sostener una dura lucha durante varios días contra el terrible Covid-19.
Raúl García Rivera nació el 12 de septiembre de 1936 en Monterrey, Nuevo León. Se presentó como novillero el 15 de junio de 1958 en el Toreo de Cuatro Caminos para terminar toreando esa temporada hasta ocho tardes, logrando así tener una destacada trayectoria como tal e inspirado en la recia personalidad de tu tío el matador de toros potosino Gregorio García, gracias a la mentalidad basada en la ambición, la necesidad y, por supuesto, en la vocación de ser torero.
Tomó la alternativa el 1 de febrero de 1959 en Morelia, Michoacán, de manos Luis Procuna y ante la presencia de Gabriel España, quien también recibió el doctorado esa tarde. El toro de la ceremonia se llamó “Saladito” de la dehesa de Torrecilla.
Confirmó su doctorado el 16 de abril de 1961 en la Monumental Plaza México, en la décima sexta corrida de la Temporada Grande, siendo apadrinado por Fernando de los Reyes “El Callao” y atestiguando de nueva cuenta y confirmando Gabriel España, con el toro “Juguete” de la ganadería de la Viuda de Miguel Franco.
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En 1964 fue a España para torear nueve corridas y en 1966 regresó para actuar en otras cinco fechas, siendo de la mano del empresario Manolo Chopera que fue a Madrid para confirmar la alternativa en el coso Monumental de Las Ventas el 26 de mayo teniendo como padrino a Paco Camino y testigo a Manuel Benítez “El Cordobés”, con el astado “Camillero” de la divisa de Francisco Galache.
Además, en 1967 fue a Portugal para hacer seis paseíllos, otros seis en 1970 y otras tantas en 1972, así como dos más en cosos de España.
Dentro de sus tardes apoteósicas está la del 3 de agosto de 1958, en El Toreo de Cuatro Caminos, donde como novillero le “tumbó” el rabo a “Marquesito” de La Laguna. Y en el gran coso de la Avenida de Los Insurgentes haber indultado a los toros “Comanche” de Santo Domingo la tarde del 31 de enero de 1965 en la octava corrida del serial mayor habiendo recibido los máximos trofeos simbólicos y, la de 19 de marzo de 1967, a “Guadalupano” de Las Huertas durante la décima primera corrida de la campaña mayor.
Fue uno de los socios fundadores de la actual Asociación Nacional de Matadores de Toros y Novillos, Rejoneadores y Similares. Luego fue gerente del coso Monumental de Monterrey, Nuevo León y fue apoderado de toreros como Mauricio Portillo y Uriel Moreno “El Zapata”.
Torero de fuerte personalidad y valiente en su desempeño en el ruedo, se hizo a la vieja escuela y conocedor a fondo del medio taurino. Fue un hombre íntegro con una carismática personalidad que recordaba orgulloso su época de torero.
Deja a su viuda, la señora Teresa Salas Lara, a sus hijos Raúl, Jorge, Ángeles y Esperanza y, a sus nietos Karen, Max y Rodolfo. Por ello, desde esta tribuna les enviamos nuestro más sincero pésame. Descanse en paz.
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