Originalmente, los barberos no sólo se dedicaban a cortar el cabello y barba, sino realizaban labores médicas como sangrías, extracciones de muelas o blanqueamiento de dientes, además de cirugías, amputaciones, entre otras.
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Fue en el Siglo XV, que durante el reinado de Enrique VIII, barberos y cirujanos se hicieron independientes; durante la primavera la gente acudía para realizarse una sangría con la intención de eliminar los humores del cuerpo, el brazo del paciente se sumergía en agua caliente y después éste tomaba un poste con fuerza para que se le hiciera una incisión en la vena elegida, tras el acto, el poste quedaba manchado de sangre, para evitar el mal aspecto, los barberos optaron por pintar de rojo el poste y sólo adornarlo con vendas blancas, sin embargo, se dice que el azul se le añadió a causa del patriotismo.
A partir de la segunda mitad del Siglo XVIII, los barberos volvieron a tener relevancia en la sociedad ya que incrementó el uso de las pelucas en hombres y mujeres, por lo que no sólo se convirtieron en productores y confeccionistas, sino se encargaban en mantenerlas en buen estado; fue esa época su periodo dorado, sin embargo, tras la Revolución Francesa, las pelucas dejaron de utilizarse y los barberos se dedicaron simplemente a los cortes, afeitados de barbas y diseño de peinados.
Durante la segunda mitad del Siglo XIX había peluquerías en todos los pueblos y ciudades, por lo que los barberos comenzaron a tener nuevamente prestigio social, por lo que en 1886 se formó la Barber's Protective Union en Columbos, Ohio, en 1887 la Journeymen Barbers International Union en Buffalo, New York, lo que actualmente es conocida como la Barbers, Beauticians and Allied Industries International Association, que consta de institutos de enseñanza.
Al comienzo del Siglo XX, los gremios comenzaron a darle un nivel científico a este oficio con el empleo de químicos, quiroprácticos, anatomistas y biólogos; en la década de los 70s, en los hombres se puso de moda el peinado con cabello largo, por lo que las peluquerías tradicionales expandieron su clientela al atender a hombres y mujeres.
Poco a poco fueron desapareciendo las barberías, sin embargo, en la actualidad, estos establecimientos se han convertido en tendencia debido a que el hombre se ha interesado por su cuidado estético, por lo que la visita a la peluquería se convirtió en experiencia integral, además de la proliferación de las barbas y el mayor cuidado de ellas.