Durante la primera mitad del siglo XVI, se estableció en gran parte del territorio que ahora pertenece a la República Mexicana, una entidad gobernada por la Monarquía Española.
Esto, con la finalidad de dar continuidad a la colonización española en ese lugar. Parte de los compromisos que tenía esta zona territorial, era rendir tributo al Rey de España, con monedas de Plata.
Dichas monedas eran transportadas la población conocida como Real de Minas de Nuestra Señora de los Zacatecos, hoy conocida como el estado de Zacatecas, hasta la Ciudad de México. De ahí, el nombre que recibió “Ruta de la Palta”.
Esta ruta pasaba por los estados de Zacatecas, San Luis Potosí, Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro y la Ciudad de México.
Este trayecto, a su vez, formaba parte del Camino Real Tierra Adentro, también llamado Camino de Santa Fe, que era una ruta comercial que conectaba la población de Santa Fe, Nuevo México (hoy, territorio estadounidense), hasta la Ciudad de México. Tenía una extensión total de dos mil 560 kilómetros.
Pese a que el principal metal que se transportaba era la plata que se extraía de las minas de Guanajuato, San Luis Potosí y Zacatecas, por esta línea comercial también se transportaban otros importantes minerales, lo que motivó el establecimiento de mesones a lo largo del trayecto, donde se hospedaban quienes transportaban la mercancía; pues constantemente era objetos de ataques por parte bandoleros, para robarles los minerales.
No obstante, es importante destacar que, aunque la función comercial, la que de determinó la importancia de esta ruta, no fueron los comerciantes quienes la trazaron; sino que fueron los frailes evangelizadores, quienes abrieron el camino.
En el propósito de adoctrinar a los indígenas, viajaban hacia el norte del territorio. Conforme avanzaban, se les asignaban lo que se conocía como estancias de ganado. Para mover a los animales, buscaban evitar las montañas y caminaban por las llanuras.
Sobre todo, buscaban sitios donde el agua fuese abundante, eligiendo lo que hoy conocemos como Ojuelos, Ciénega Grande, Cieneguilla y Lagos de Moreno, entre otros. Así, fueron abriendo el camino que, más tarde, seguirían y arraigarían los comerciantes.
De alguna manera, la creación de estas hospederías, haciendas y ranchos, fueron el origen de la Villa de Nuestra Señora de las Aguas Calientes, ya que fueron creciendo en población pues muchos de los comerciantes decidían, a largo plazo, establecerse de manera definitiva en esta zona.
___________________________________
Escucha el Podcast ⬇️