Con el paso del tiempo, Aguascalientes se ha transformado, cambiando sus costumbres, su imagen y hasta los nombres de algunas de sus calles. En la zona centro del territorio capital, muchas de las vialidades solían tener nombres peculiares, que eran dados por los propios habitantes y que, en muchas ocasiones, obedecían a ciertos lugares, personajes o sucesos que ahí ocurrían.
Por ejemplo, la calle Colon, que va desde el Barrio del Encino hasta llegar a la Plaza de la Patria, anteriormente se conocía como la “Calle de la Cárcel”, ya que hasta el año 1880, el edificio que hoy ocupa Palacio Municipal, cumplió la función de cárcel de varones.
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La “Calle de las Ranas” es conocida hoy, como avenida Francisco I. Madero. Este nombre se debió a que, a unos metros de la Plaza de Armas, anteriormente se encontraba una fuerte ornamentada con efigies de estos animales. Esta importante avenida también llevó otros nombres, como “Calle de las Lágrimas”, por la tristeza que causó en los avecinados el ver cómo demolían sus viviendas, para dar paso desde el Barrio de la Estación hasta la Plaza Principal.
En el Barrio del Encino una calle conocida como 16 de Septiembre, que anteriormente se conocía como “Calle de la Estrella”. Se dice que en esta arteria vivió una joven llamada Azucena, dotada de gran belleza y de quien la gente decía, había nacido “con buena estrella”.
No podía falta la “Calle del Terror”, hoy conocida como González Saracho. No se conoce una versión concreta sobre la razón de este nombre. Hay quienes dicen que se debe a que era escenario de sucesos paranormales; otros aseguran que se cometían varios crímenes en los primeros años de su existencia; y otros más, que en la zona se encontraba un cuartel militar, y los gritos de los prisioneros le ponían los pelos de punta a quien pasada por esta calle.
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