El tatuaje ha acompañado a mujeres y hombres desde la antigüedad en la Polinesia, en Egipto, en el Lejano Oriente y Medio Oriente y en todo el continente americano, en muchas regiones con un significado y utilidad propia. Es así como los tatuajes se han convertido en una forma de expresión cultural y social, que no se limita a grupos específicos o edad.
A lo largo de los años, los fabricantes tradicionales de tintas han incorporado metales pesados como el bario y el cobre en sus pigmentos para crear una paleta de colores más amplia, y se han detectado agentes neurotóxicos como el cadmio, el plomo y el arsénico en algunas tintas en altas concentraciones. Estos elementos también se pueden encontrar en las llamadas tintas veganas, que solo excluyen las glicerinas de origen animal y otros ingredientes.
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Los tatuadores en Estados Unidos están cada día más preocupados ante la posibilidad de que se prohíban las tintas para tatuajes de colores. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), anunció que están investigando los peligros para la salud que podrían representar estas tintas. Esto, luego de que la Unión Europea prohibió desde enero el uso de más de cuatro mil sustancias químicas tóxicas, ente ellas los colorantes azoicos y alcohol isopropílico, comúnmente usados en la industria del tatuaje.
La FDA clasifica la tinta para tatuajes como un producto cosmético y afirman que algunas sustancias usadas para los tatuajes de colores pueden ser cancerígenas. Los pigmentos se componen por hasta 100 sustancias químicas diferentes, incluidas las que pueden aumentar el riesgo de cáncer.
¿Qué tintas estarían prohibidas?
Existen opciones para producir tintas coloridas que no pongan en riesgo a quienes aman llevar este arte en la piel. Sin embargo, no hay sustitutos para dos de los más solicitados: el pigmento azul 15:3 y el pigmento verde 7.
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Hay alternativas para los pigmentos amarillos, rojos y naranjas, pero no para los pigmentos azules y verdes. Esto puede llevar a la desaparición del 60% de los colores en 2023 y hacer que los tatuajes de color sean imposibles.
Todo esto podría traer problemas de suministro y escasez de tinta.
¿El fin de los tatuajes de colores?
En México, se estima que una de cada 10 personas tienen tatuajes, según estadísticas del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred). Es decir, alrededor de 12 millones de mexicanos tiene un tatuaje. Esto coloca a la industria del tatuaje mexicano como la principal en Latinoamérica, junto con toda la economía que se mueve en torno a esta.
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Por supuesto, los fanáticos de este arte y los tatuadores no renunciarán tan fácilmente a una práctica tan tradicional y rentable. La prohibición impactará profundamente a este sector y la medida podría resultar contraproducente. Hay quienes anticipan que se generaría una especie de "mercado negro" para las tintas y los tatuajes de colores, lo que incrementaría el riesgo al escapar por completo de las normas y regulaciones ahora vigentes. La creación de nuevas tintas para cumplir la normativa puede costar millones de dólares a las empresas y distribuidores de tintas, pero es una solución para no eliminar los tatuajes de algunos colores.
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