Muchas veces, las personas que desaparecen forman parte de situaciones que no tienen bajo control; mientras que otras se convierten en víctimas de sus propias decisiones. En todo el mundo, se tiene un registro diferente de gente desaparecida, en la que podemos hacer una comparación sobre cual es el mayor motivo por el que un ser humano se va sin dejar rastro.
Si bien las autoridades de cada país ponen su mejor empeño para otorgarle a la familia de la víctima información que ayude a resolver el caso, algunas veces esto no sirve de nada, pues una desaparición es como si la tierra se hubiera comido al involucrado.
Por más que tratamos de descifrar los misterios que giran en torno a un caso de extravío, muchas veces más preguntas y dudas carcomen nuestro cerebro. Tal es el caso de un hombre que desapareció mientras trataba de regresar a su país de origen después de unas vacaciones en Bulgaria.
Lars Mittank nació en febrero de 1986 en Berlín, Alemania; su familia solía recordarlo como un chico serio, dedicado al trabajo y con un gran vínculo amoroso hacia con su madre. Era hijo único, por lo que parte de su atención la dedicaba a sus padres.
En junio de 2014, Lars organizó un viaje con sus amigos al complejo turístico Golden Sands, ubicado en Bulgaria, por lo que tomarían un vuelo el día 30 con destino a la Riviera Búlgara, donde pasarían la noche conviviendo y disfrutando del paisaje. Según los amigos, Lars se notaba un poco callado y con poco apetito durante la cena.
Su viaje parecía bien, no notaron algo más extraño que les impidiera cancelar su viaje, así que el 05 de julio el grupo de amigos, faltando ya pocos días para terminar con su viaje de vacaciones, decidió ir a un bar de playa llamado "Rock Bar" para ver el partido de fútbol de cuartos de final de la Copa Mundial de Fútbol de 2014 entre Países Bajos y Costa Rica.
Ante la emoción del partido, Lars tuvo un pequeño altercado con hinchas del equipo contrario, lo que no pasó a mayores ya que sus amigos interrumpieron la discusión. Al término del evento, el grupo de amigos se dirigió a un Mc Donald’s ubicado a unos metros del bar; allí, Lars les dijo que no tenía hambre, por lo que los esperaría fuera. Una vez que los chicos salieron del restaurante para reencontrarse con Lars, éste ya no estaba.
Pensando que el chico regresaría al hotel, el grupo tomó la decisión de regresar al sitio para descansar y poder encontrarse con Lars la mañana siguiente.
Cuando despertaron, se encontraron con un Lars, herido, quien les había aclarado que cuando se dispuso a regresar al hotel, cuatro hombres lo interceptaron en un callejón para golpearlo brutalmente, dejándole el mensaje de que habían sido contratados por aquellos hinchas con los que discutió la noche anterior.
Uno de los golpes que recibió le causó un daño en el oído que lo orilló a recibir atención médica durante la tarde de ese día. Según el médico, a Lars le fue prohibido viajar de regreso a Alemania hasta que las heridas en su órgano estuvieran sanadas, así que, cuando salieron del consultorio, dos de los amigos de Lars se fueron por su lado mientras el chico se iba por el suyo para rentar un cuarto en un hotel diferente.
A través de las cámaras de seguridad de este hotel, se pudo corroborar que Lars estuvo solo pero actuando de una manera un poco extraña, pues se le veía asomándose por las ventanas del vestíbulo, así como escondiéndose en el elevador. Además, había llamado a su madre esa noche para susurrarle de forma extraña que sentía que algo andaba mal en el hotel donde se estaba hospedando.
También, Lars le pidió a su madre que cancelara sus tarjetas de crédito ya que tenía miedo de que alguien lo lastimara, o incluso quitarle la vida. Esto ocasionó que la mujer concluyera que su hijo estaba en peligro, ya que podía notar su nerviosos a través del teléfono. A pesar de que el chico colgó aquella llamada, jamás volvió a responderle a su madre.
Por otra parte, Lars se comunicó con sus amigos para decirles que él se quedaría un día más en Bulgaria, ya que ellos tenían pensado regresarse a Alemania esa noche. No tan convencidos de su petición, los chicos se fueron, dejando al hombre en un país “desconocido”.
Al día siguiente, Lars abordó un taxi con dirección al Aeropuerto de Varna y se dirigió a uno de los consultorios médicos del sitio, pues quería corroborar que ya estaba en condiciones de poder viajar. Las cámaras de seguridad lo captaron ingresando al lugar con sus maletas y entrando a su cita médica; sin embargo, tan solo 20 minutos después, el médico que lo atendió, confirmó que Lars entró en un estado de pánico cuando un obrero entró al consultorio para decirles que el ruido, de la remodelación que había en una de las zonas del lugar, terminaría al cabo de un rato.
Ante esto, Lars salió corriendo, dejando su maleta, su cartera y celular mientras algunas personas lo miraban huyendo sin motivo alguno. Algunas cámaras de seguridad externas al aeropuerto lo captaron saliendo del mismo para irse corriendo hacia una pradera ubicada por detrás del aeropuerto. Se le vio saltando una valla de dos metros para finalmente adentrarse y perderse entre los árboles para jamás ser visto de nuevo.
Cuando su desaparición fue reportada, las autoridades intentaron dar con su paradero con ayuda de drones y perros rastreadores, pero ninguno de ellos pudo ayudar a resolver el misterio. La madre de Lars, desesperada, tuvo que contratar a un detective privado para corroborar que la investigación del extravío de su hijo se estaba realizando detalladamente; sin embargo, esto tampoco ayudó a explicar este hecho.
Si bien han pasado 10 años de esta extraña desaparición, ni las autoridades ni la familia y amigos de Lars han podido entender el por qué este hombre salió corriendo. ¿De quién huía? ¡Alguien realmente lo estaba acechando? Todo sigue siendo un misterio.
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