Lo que surgió de un buen corazón, con ganas de ayudar a aquellas personas de tercera edad que trabajan en las calles de Aguascalientes, con el apoyo de “Fundación Color Zanahoria”, el Club del Wateke citó a todos los seguidores que desearan apoyar la siguiente encomienda, con un señor que vende elotes en Paseo de la Cruz llamado Don Camerino, y ya estando ahí, encontraron cinco personas más que decidieron ayudar.
Las filas para las chascas, los elotes y toda la vendimia eran tan largas, que fueron a apoyar a las afueras de la Normal, que parecía increíble según describen los organizadores; en la espera, cerca había una señora que vendía tamales, por lo que estas largas filas de “watekers” se sumaron hasta terminar las vaporeras, acción que aplaudieron ellos mismos por haber sumado a alguien más.
Fue tanta la gente, que no alcanzaron, así que una chica que vendía postrecitos a un costado de los tacos estilo San Juan, por las vías, también resultó beneficiada en acabar su día muy rápido pues le compraron todo.
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Otros watekers se fueron con un conocido joven de nombre Iván que recorre las calles de Aguascalientes con su carrito de camote de color azul claro, también su producto se terminó, de manera que se pudo ir con los bolsillos llenos y muy temprano a su casa, sin las largas caminatas que día con día se avienta en el cumplimiento de su labor cotidiana.
Aún así, la fila de personas que se habían dado cita al apoyo, no se le veía fin con Don Camerino, quien no podía creer que le pagaban con billetes grandes y le dejaban como un apoyo el cambio, cuando se acabaron los elotes que llevaba para el día, se realizó una “lluvia de billetes”, las personas comenzaron a compartirle billetes de 20 pesos.
Seguía sin poderlo creer, y solo le decían, “tómelo, es para usted, es gracias a la labor que hace todos los días, sigale echando ganas”, entre muchas otras frases de apoyo con cariño que le hacían quienes se acercaban a él, para seguir sumando.
Otro joven justo pasaba, con una hielera pequeña llena de dulces para venta, por lo que mientras esperaban, le apoyaron comprándole, hasta terminar su producto del día, era muy joven y también le llegó el apoyo; esta vez, la organización ciudadana con la fundación y la página del Wateke, rompieron sus propios lineamientos en favor de la ciudadanía, gustosos, pues la idea original es ayudar personas mayores, pero aquí todos los otros beneficiados eran jóvenes, también muy trabajadores.
El señor de los elotes, no se cansaba de agradecer, por lo que los organizadores le comentaron que el agradecimiento era para los que habían decidido participar y darse cita para poderle comprar su producto y brindarle con respeto dádivas de agradecimiento por el esfuerzo que los comerciantes de la calle hacen día con día, sobre todo en avanzada edad.
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