Inventadas y perfeccionadas entre 1817 y 1839 en Europa, las bicicletas siguen siendo un transporte económico, con un bajo impacto ambiental y que hoy está ayudando a combatir el grave problema de contaminación que en todo el planeta está afectando está afectando a la Humanidad.
Así lo consideró Antonio Pérez García, ambientólogo promotor de este sistema de transporte, que:
A diferencia de los vehículos automotores, no contribuye al cambio climático causante de sequías, inesperadas tormentas y otros efectos climatológicos que están produciendo estragos en todos los países, y por supuesto, a todas las personas en su economía y su salud.
Es un problema ambiental global que “demanda estrategias, planes y acciones concretas enfocadas a reducir la emisión de gases de efecto invernadero que es el que está provocando este cambio climático y una de las formas mediante la cual las personas pueden contribuir a reducir este impacto es utilizar para su transporte la bicicleta”.
Para esto “es necesario que la población haga conciencia y se sensibilice ante este problema que a cada día se fortalece, una situación que evidentemente no se va a solucionar de la noche a la mañana, requiere de un cambio de mentalidad de la población en todo el mundo y por supuesto, un cambio en los sistemas de producción de las empresas”.
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La bicicleta “permite ahorrar agua, energía y varios recursos naturales y es la que nos va a abrir la puerta para poder ver las soluciones ante este gran problema climático, pero desgraciadamente para Aguascalientes se vienen escenarios muy críticos, entre ellos el más catastrófico es el del abatimiento de los mantos freáticos”.
El tema del agua “involucra la producción agrícola, el abastecimiento del agua potable, líquido del que el estado más adolece, pues si bien hemos logrado avances en cuanto al desarrollo sustentable, falta mucho camino por recorrer y necesitamos reorientar presupuestos, programas y planes de desarrollo tanto estatal como municipales para que podamos reducir esa vulnerabilidad ante esta crisis que se nos viene encima: la escasez del agua”.
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En el caso de la bicicleta, “también aplica el tema del ahorro de agua, pues mientras los automóviles requieren de este líquido para enfriar su motor y de varios litros más para lavarlos, la bici no lo necesita y para trasladarnos podemos usar el transporte público o caminar, de esta forma podremos mejorar el medio ambiente, nuestra salud y en algunos casos reducir obesidad y mejora el flujo sanguíneo”.
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