En cada parte del mundo existen diversos medios de transporte que conducen a los habitantes de muchas ciudades a sus respectivos destinos. Están aquellas donde el número de población es tan mayor que, al día, estos medios transportan hasta millones de personas.
En la Ciudad de México mucha gente ha podido disfrutar pero también aprovechar de uno de los medios de transporte subterráneo más conocido de Latinoamérica: El Metro, ese característico tren anaranjado que circula en gran parte de la metrópoli.
Este transporte es usado al día por muchas personas, llegando incluso a tener las famosas “horas pico” a altas hora de la mañana; y qué decir en las tardes cuando muchos han salido de trabajar, pero, ¿puede alguien perderse en alguna de sus estaciones cuando regularmente siempre hay movimiento humano?
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Eso fue lo que le pasó a Francisco Albavera Trejo, un chico 22 años, estudiante de informática en el Instituto politécnico Nacional, quien el 26 de marzo de 2012 lo que parecía ser un día para realizar sus actividades cotidianas, se convirtió en algo muy misterioso.
Aquella mañana de lunes, Alicia Trejo, su madre, había llevado al chico al paradero de Pantitlán, una de las estaciones del metro más conocidas y con mayor afluencia de la ciudad. Esta estación pose una conexión de cuatro líneas (rosa, amarilla, café y morada) que ayuda a "desahogar" la enorme afluencia que suele haber. La familia acostumbraba a dejar al chico sobre la Avenida Churubusco, pero aquella mañana tuvieron un retrasado en su salida, lo que orilló a Alicia a dejar a Francisco en este punto distinto.
Según ella, vio entrar al chico en una de las entradas principales de la estación; lo que las cámaras de seguridad lograron captar. Después de que el chico entrara, jamás se le volvió a ver; ni mucho menos ninguna cámara del resto de las estaciones del sistema colectivo lo vio salir.
La desaparición de Francisco se intentó reportar cuando no llegó a casa alrededor de las 2 de la tarde, así como tampoco mandó ningún mensaje avisando de que había salido de la universidad. Las investigaciones arrojaron información preocupante, y es que uno de los compañeros de Francisco confirmó que el chico no se había presentado a clases.
Por otro lado, las cosas se tornaron complicadas cuando otro de sus compañeros llamado Rodolfo, había avisado a las autoridades de que durante la tarde de aquel 26 de marzo había recibido un mensaje de texto del celular de Francisco, que supuestamente no fue escrito por el: “A tu amigo Paquito, lo tenemos guardado; llamaremos a partir de las 12 para que empiecen a cooperar”.
Cuando la familia del chico empezó a tener información sobre el caso, este empezó a enfriarse ante la posterior falta de trabajo por parte de las autoridades. Su desaparición fue tardada en atenderse, e incluso le habían comentado a la pareja Albavera Trejo que analizaran la posibilidad de que el chico desapareciera por cuenta propia
Durante años, la familia se enfrentó a estos obstáculos en el que tuvieron que cerrar calles y avenidas exigiendo a las autoridades no solo atender el caso de Francisco, sino el de cientos de personas desaparecidas que no habían tenido un avance en sus expedientes.
Si bien han pasado 12 años de la desaparición de Francisco, su madre cree que el caso nunca fue agregado en el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, dejando en evidencia la falta de responsabilidad y compromiso por parte de las autoridades por dar solución a los reportes de gente desaparecida.
El caso de Francisco no solo llamó la atención de medios de comunicación o de gente unida a grupos de búsqueda, sino que formó parte de un fenómeno mediático en el que mucha gente curiosa cree que la desaparición del chico se debe a algo paranormal, pues el hecho de que no haya sido registrado saliendo en ninguna de las estaciones, abre la posibilidad de que fue víctima de algún ser del más allá, o de algún empleado del Metro que es encuentra protegido.
Hasta la fecha, el joven estudiante sigue sin aparece, y no hubo forma de dar con el paradero de aquel extraño que mandó ese mensaje a través de su celular. Alicia y su esposo aun mantienen la esperanza de que el chico esté con vida, pero ante el poco trabajo realizado por las autoridades, una respuesta a sus preguntas está muy difícil de alcanzarse.
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