A lo largo de los años, varias generaciones han sido testigos de cómo México se ha convertido en ese país rico en historia y tradiciones que lo hacen resaltar entre otros países en el mundo. Es muy sabido que parte de esta historia está envuelta en acontecimientos o sucesos que a veces nos ponen a pensar si realmente aquellos actos sucedieron, sobre todo si se tratan de vivencias relacionadas con cosas sobrenaturales.
Esto nos ha convertido en detectives, en el que a veces tratamos de explorar esos lugares que tienen historias qué contar, y si bien algunos no logran capturar nada, hay otros que comparten un testimonio de asombro en el que sus propios ojos lograron observar ese hecho que tanto buscaban.
Hoy en día, la gente sigue compartiendo vivencias sobre cosas que no todos podemos ver, y las famosas bolas de fuego son algo que muchos aún se han preguntado si se tratan de seres malignos o alguna fuerza que se hace presente en ciertos momentos de la vida.
¿Habías escuchado alguna vez que un amigo o familiar te decía que cuando se encontraba caminando por la calle llegó a observar bolas de fuego? Quizá algunos se asustaron, pero otros tomaron esta experiencia como una señal de que algo se avecinaba; la realidad es otra.
Desde tiempos muy remotos, México ha tenido la presencia de ciertas bolas de fuego que llaman la atención de los transeúntes. Específicamente, en Puebla, la gente ha contado que en algún momento de su vida las bolas de fuego rondaban las casas de varios vecinos por días sin motivo alguno, en el que, incluso, tuvieron que construir iglesias porque desconocían si se trataban de fuerzas con intenciones aterradoras.
Algunos las han llegado a grabar, pero la explicación para entender este fenómeno se encuentra en el libro "Monstruos Mexicanos", de la autora Carmen Leñero. Nos dice que la gente suele llamar a estas bolas de fuego como "aichipopos", que en náhuatl significa "doncellas", tratándose de mujeres brujas que se transforman en flamas redondas para viajar de un lado a otro.
Se cree que estos pequeños seres son descendientes de los magos aztecas Mometzcopinqui y Tlacatecólotl, cuya misión en la Tierra es secuestrar almas para el demonio del inframundo, seduciendo y engañando a hombres, por lo que su transformación precisamente necesita ser una mujer.
Si bien no solo toman esta forma redonda acompañada de flamas, también estas "hechiceras" pueden transformarse en pájaros humanizados, en los que la búsqueda de su siguiente presa sigue siendo un objetivo principal. Te preguntarás si hay forma de mantenernos alejados de ellas o de ganar una batalla en la que su maldad no sea sembrada en nuestro ser, y la respuesta es sí; pues según algunas personas el remedio más útil para alejarlas es colocar crucifijos, espejos u objetos al revés; si estás se envuelven en llamas de una manera anormal, lo deseado es arrojar tales objetos para que guarden su distancia y desaparezcan.
A pesar de que algunas personas aseguran haber visto estas esferas, o en su caso haberlas grabado, hay quienes creen que solo se trata de una leyenda que no puede confirmarse del todo; pero aquellos quienes las han visto aún defienden su creencia por estas hechiceras, quienes aún dejan la duda si de verdad salen por las noches a cazar a alguna siguiente víctima.
___________________________________
Escucha el Podcast ⬇️