La era digital es un aspecto en lo que se debe tener mucho cuidado, sobre todo si los dispositivos como celulares o tablets están al alcance de los más pequeños.
Comúnmente se sabe que tanto niños como jóvenes deben de consumir cierto contenido que sea apropiado para ellos, pero también que el uso del internet vaya acorde a un límite en el que su seguridad esté protegida.
Hoy en día se sabe que parte de esta era digital es utilizada para dañar a otras personas con un determinado objetivo. Es por eso que hoy recordamos el famoso “Reto del Momo” que acechó a cientos de miles de niños y jóvenes a través de un chat y una llamada por teléfono. Pero realmente, ¿qué había detrás de esta polémica figura?
Fue en julio de 2018 cuando a través de redes sociales comenzó a hacerse viral la fotografía de una escultura escalofriante a la que los usuarios llamaron “Momo”, acompañado de varios números telefónicos a los que, si marcabas o mandabas un mensaje, te chantajeaba para que cometieras acciones peligrosas, llegando incluso a la autoprivación de la vida.
Además, Momo comenzó a aterrorizar a cientos de usuarios en YouTube a través de videos en los que tocaba temas cotidianos como videojuegos para incentivar al espectador a realizar actos que él les pedía como encender el gas en casa o ingerir pastillas; pues en caso contrario los buscaría en la noche para acabar con ellos.
Fue tanto el impacto que tuvo Momo en su momento que varios niños y jóvenes en diversas partes del mundo fallecieron a consecuencia de estos retos, presentándose denuncias contra Whatsapp y YouTube por permitir la difusión de contenido peligroso y mal intencionado. A esto también contribuyó la modelo Kim Kardashian, quien a través de su cuenta de Instagram le pedía a sus seguidores que presionaran a YouTube para que la presencia de Momo en su plataforma fuera eliminada
Después de que la situación empezó a salirse de control, tanto autoridades de diversos países, padres de familia así como escuelas trabajaron en conjunto difundiendo comunicados e imágenes en los que se les pedía a otros padres de familia estar al pendiente de lo que sus hijos podían ver por internet.
¿Cómo fue el origen de Momo y qué había detrás de la aterradora figura?
Gracias a varios internautas, se pudo saber que la historia de Momo se remonta en la escultura de Keisuke Aiso, un artista japonés que expuso una galería de arte en la ciudad de Ginza, Tokio, durante el marco de una muestra sobre pesadillas, en el que el terror era la principal temática a expresar.
La obra había sido titulada como “Madre Pájaro” y fue tanto el éxito que tuvo que durante su exposición muchas personas asistían para fotografiarse junto a ella. Sin embargo, no todo era color de rosa, pues tras la posesión que tuvo Momo respecto a esta figura ocasionó que Keisuke recibiera llamadas de personas en las que le pedían que respondiera por los daños ocasionados en las distintas redes, pero también hubo quienes se comunicaban con él para decirle que vendiera los derechos de su escultura para futuras producciones cinematográficas.
A pesar de que Keisuke desconoce quién fue la persona que utilizó la imagen de su obra de arte para utilizarla con fines peligrosos, el artista la tiró a la basura cuando ésta empezó a maltratarse, aclarando que los moldes de yeso utilizados para hacer la ahora figura icónica están en algún lugar entre las toneladas de material desechado apiladas detrás de su taller.
Si bien la gente compartía las medidas a tomar para evitar que el público juvenil fuera víctima de este personaje, hubo más personas que aprovecharon la situación para comprobar qué tan cierta era la realidad al marcar los números de teléfono de Momo. Varios países tenían su propio número, pero el original provenía de Japón, lugar en el que no solo se encontraba la estatura de Momo, sino la persona que posiblemente había iniciado con esta leyenda.
Algunos usuarios también se unieron a esta aventura, marcando a los números de teléfono que aún estaban exhibidos; sin embargo, muchos de ellos no notaban algo extraño, pues nadie contestaba o bien solo se escuchaban varios segundos de silencio para finalmente cortarse la llamada.
Esto no fue impedimento para que la policía siguiera haciendo su esfuerzo por compartir con la ciudadanía las medidas a prevenir para evitar ser víctimas no solo de un acto que atentara contra la vida de un joven, sino también de extorsiones, ya que también Momo amenazaba a personas con acceder a su información personal y difundir fotos íntimas si no realizaban lo que él les pedía.
Con el paso de los meses, Momo fue opacado por nuevos retos, tales como "El reto de la Ballena Azul", que iban surgiendo con la misma finalidad: retar a los jóvenes a cometer actos peligros para demostrar que podían vencer el juego; y aunque cada reto tornaba un camino distinto, la temática terrorífica que se había utilizado para “El Reto del Momo” ya no fue aplicada para asustar tanto a niños como a jóvenes.
A pesar de que la policía y padres de familia se enfrentaban a nuevos retos peligrosos después de Momo, hasta la fecha se sigue compartiendo información sobre las medidas a tomar en caso de que lleguemos a ser víctimas de un suceso de esta índole: restringir el acceso a móviles y redes sociales a edades tempranas; bloquear perfiles que incentiven a unirse a este tipo de retos, entre otros.
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