El dengue es una enfermedad viral transmitida por mosquitos que puede afectar gravemente a quienes la padecen. En esta ocasión, entrevistamos a un sobreviviente que compartió su experiencia, desde los primeros síntomas hasta su recuperación, destacando la importancia de no automedicarse y buscar atención médica adecuada.
"Todo comenzó con un dolor articular. Me dolían las articulaciones, pensé que sería una gripe", nos cuenta. Al principio, el afectado decidió automedicarse, tomando paracetamol sin saber que en realidad estaba enfrentando algo mucho más serio. Con el pasar de las horas, los síntomas comenzaron a acumularse: "Al principio era solo dolor en las articulaciones, pero luego vinieron el dolor muscular, dolor de cabeza, fiebre y cansancio extremo. Por la noche, fui a ver a un médico particular."
El diagnóstico fue claro: dengue. Y aunque muchos de los síntomas podían haberse confundido con otras enfermedades, el dolor ocular fue clave para que el médico confirmara el padecimiento. "Me dijo que el dolor ocular era característico del dengue, y fue lo que lo llevó a confirmarlo."
Durante una semana completa, nuestro testimonio estuvo bajo los efectos más severos de la enfermedad. El tratamiento se centró en aliviar los síntomas: "El médico me dio paracetamol para controlar el dolor y la fiebre, pero me advirtió que si los síntomas empeoraban, debía ir al hospital".
Al llegar al hospital, fue tratado con suero para rehidratarse y más medicamentos para el dolor y la fiebre. Estuvo bajo observación durante tres horas y luego fue enviado a casa. "Después de tres días con el tratamiento, los síntomas fuertes comenzaron a disminuir, pero el cansancio seguía ahí", recuerda. La recomendación fue reposo absoluto por dos semanas, debido al cansancio extremo y la fatiga que no desaparecían, aunque los demás síntomas ya se habían reducido.
Aunque el dengue que padeció fue considerado leve, las secuelas persistieron después de los primeros días de recuperación. "A pesar de que ya no tenía fiebre, ni dolor muscular, me seguía sintiendo muy cansado. Incluso tuve mareos y problemas de concentración. Me costaba hilvanar conversaciones y me olvidaba de cosas importantes". Por suerte, después de dos semanas de reposo, la fatiga disminuyó y pudo retomar sus actividades normales.
Sin embargo, la experiencia dejó una profunda lección: "Lo más importante es no automedicarse. En mi caso, tomé paracetamol, que es lo que me recomendó el médico, pero hay medicamentos que pueden causar hemorragias si tienes dengue. Es fundamental acudir al médico ante los primeros síntomas."
A lo largo de su experiencia, nuestro testimonio resaltó la importancia de recibir atención médica oportuna. "Fui a un hospital particular primero, pero luego me atendieron en el Hospital Hidalgo y la atención fue maravillosa. Me dijeron que estaban viendo muchos casos de dengue en esos días."
Finalmente, su mensaje para quienes puedan pasar por una situación similar es claro: "El dengue, incluso en su forma más leve, es una enfermedad incapacitante. Descansar, hidratarse y no automedicarse es clave. A pesar de que mis estudios ya dicen que estoy bien, no hay que subestimar el poder de esta enfermedad."
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