Cuando hablamos del fin del mundo, no podemos evitar sentir un pánico que nos invade por completo. Construimos un mar de planes en nuestra cabeza que nos orillan a buscar ese método de supervivencia que nos haga pasar desapercibido ante un acontecimiento impactante como este.
Ha sido a lo largo de varios años que hemos escuchado que el Fin del Mundo está a la vuelta de la esquina, como aquella vez cuando el comienzo del año 2000 significaría no solo la llegada de avances tecnológicos que transformarán la vida del ser humano, sino un suceso fatal que también lo exterminaría.
El año 2001 llegó y nadie sufrió los estragos de grandes desastres naturales que estaban en busca de sus siguientes víctimas, por lo que, durante los siguientes años, más llegadas de “el fin del mundo” se hicieron presentes sin cumplir con su palabra.
No fue hasta el 2012 cuando se alcanzó el punto máximo de importancia, donde nuevamente muchos habitantes en este planeta volvieron a sentir en carne propia ese miedo de poder vivir una de las peores experiencias en su vida, tanto que tan solo tres años una película se había estrenado, reflejando lo que pasaría en el mes de diciembre.
El día 21 de ese mes era el último respiro para todos; sin embargo, nada pasó otra vez, es por eso que este tema se ha convertido solo en una historia fantasiosa que podría pasar pero dentro de muchos años.
El fin del mundo se convirtió en el centro de atención del Boletín de Científicos Atómicos en 1947, cuando se creó un instrumento que buscaba concientizar a los líderes mundiales y a la población sobre los acontecimientos que pudieran derivar a un Apocalipsis.
El instrumento fue bautizado como "El Reloj del Fin del Mundo", un concepto que permitía a los científicos destacar la vulnerabilidad de este mundo ante peligros creados por la humanidad, entre ellos guerras nucleares, calentamiento global, entre otros. Lo curioso de este dispositivo es que no es un objeto físico sino una representación simbólica cuya manecilla, si está próxima a llegar a la medianoche, es señal de que se avecina el desastre global.
Estas manecillas se ajustan cada año en relación a las amenazas globales que puedan acechar a la humanidad, teniendo un punto máximo en enero de 2023 cuando un grupo de científicos ajustaron este reloj a 90 segundos antes de la medianoche, la posición más cercana que ha tenido en toda su historia, lo que significa que ha dejado en evidencia preocupaciones que nos pueden conducir al verdadero fin del mundo.
Hasta ahora, en pleno 2024, en redes sociales se ha hecho viral la tendencia “Tercera Guerra Mundial", haciendo alusión a los recientes conflictos entre Rusia y Ucrania, donde el presidente Vladimir Putin ha autorizado el uso de armas nucleares en caso de invasión.
Por otra parte, no hay que dejar de lado que el cambio climático es algo que sigue alterando nuestro planeta, pues cada vez escuchamos o vemos la llegada de incendios forestales, tsunamis, terremotos; inundaciones, entre otros. Y aunque no lo creas, pese a que el avance de la tecnología es algo que ha logrado cambios en nuestro mundo, esto también forma parte de un factor que pudiera contribuir al fin del mundo, ya que, pese a que la idea de que las máquinas puedan dominar a los humanos como se ha visto en las películas, no es realmente una idea tan descabellada. que podría volverse realidad.
El fin del mundo se ha convertido en un fenómeno que ha aterrado a personas en cada rincón de este planeta, llegando algunas a construir bunkers o sitios donde puedan buscar refugio, u otras, acabando con sus propias vidas para no atestiguar un hecho tan impactante. Por lo pronto, nadie sabe cuándo llegará ese día, solo queda esperar ver cómo el ser humano sigue tomando las riendas de su camino para comprobar qué tan cerca estarían las manecillas de este reloj de la medianoche.
___________________________________
Escucha el Podcast ⬇️