Por ahí del siglo XVIII, cuando en la Nueva España se encontraba vigente el Tribunal del Santo Oficio o también llamada Santa Inquisición, en el corazón de la Villa de Aguascalientes se construyó una finca que, hasta nuestros días sigue de pie y una gran cantidad de personas pasamos justo enfrente o a un costado de ella.
Esta se encuentra exactamente en el cruce que forman las calles Hospitalidad y Miguel Hidalgo y Costilla, frente de una escuela primaria.
En la fachada de la finca está incrustada una leyenda que dice lo siguiente:
“En marzo de 1725 Don Diego de Quijas y Escalante, Presbítero, Doctor y Comisario de la Inquisición de la Villa, inició la construcción de este bello edificio… se inició su restauración en Enero Del 2001.” J.B.P.
Tras tres siglos de haberse construido dicha edificación, al parecer aún se desconoce cuál fue el motivo por el que fue realizada. Además, es importante mencionar que en la Villa de Aguascalientes ni en la finca no se tuvieron casos documentados de autos de fe, los cuales eran mecanismos utilizados por el Santo Oficio para castigar las herejías, explica una historiadora.
De lo que sí se tiene registro es de al menos tres denuncias ante las autoridades inquisidoras en Aguascalientes, las cuales datan entre los años 1692 y 1722, mismas que están basadas en supuestos actos de hechicería o brujería diabólica, cuyo castigo eran penitencias espirituales, refiere el Archivo Histórico del estado de Aguascalientes.
Finalmente, aquel inmueble fue utilizado como una lonchería y heladería hace aproximadamente 30 años, luego cerró y la usó un extinto partido político, para después convertirse en una escuela de baile, pero actualmente al parecer está habitada, así lo da a conocer la comerciante Angélica Macías.
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