Mientras que en Finlandia las personas leen 47 libros al año, los mexicanos dejan un punto de sus propósitos de año nuevo para la lectura, ya sea iniciarse o aumentar el hábito; el cometido es un libro al mes como inicio, sin embargo, únicamente el 8% de la población cumplió sus propósitos de lectura para inicios de año.
El filósofo Emmanuel Campos (1994) es docente de la UTC, Maestrante en filosofía contemporánea aplicada de la UAQ, Lic. en filosofía por la UAA y se define como “experto en saber cosas inútiles”, compartió en favor del propósito de la lectura que, “uno nunca termina de aprender, siempre hay cosas nuevas por explorar, por saber y darse cuenta de la ignorancia propia y saber que es más lo que no se sabe que lo que se sabe mantiene siempre viva la llama de querer mejorar todo”.
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Aseguró que la docencia requiere mucha pasión, “muchas veces quiero ser el maestro que me hubiera gustado tener, me gusta investigar mucho y siento que no puedes estancarte, porque si lo haces te conviertes en un mal docente”, él dependiendo sus labores gusta de leer de forma continua hasta seis horas diarias, sin embargo, está consciente que la lectura no es para todos, pero dejó saber sus tips, para quienes desean profundizar en este provechoso ámbito.
El filósofo puntualizó que no se trata de que no te guste leer, sino de dar con el libro adecuado, consideró, que deberíamos leer por cariño, por amor, por pasión, “no es de a fuerzas, porque la lectura está muy sobrevalorada, si es muy importante, pero suelen mencionarse como si fuera la respuesta a todos los problemas sociales, económicos, políticos, de educación, y no es así, hay otras actividades que sirven y no son necesariamente la lectura”, aclaró.
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Si entre los propósitos de año nuevo está profundizar en la lectura, respecto a los beneficios sociales y de desarrollo mental, destaca el fortalecer la empatía, en tanto que, obliga a ponerse en los zapatos del otro, esto se da principalmente en la literatura fantástica; sin embargo aseguró, que los propósitos de año nuevo, no deben ser ambiciosos sino cumplibles, al dosificarse generan realidad y satisfacción, pues al empezar con cosas pequeñas, no viene la frustración, “es muy bueno tener ambiciones grandes, más todo empieza con pequeños pasos” sugirió.
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